Cómo utilizar de forma correcta el color y la calidad de impresión

La calidad de impresión y el color son dos ajustes básicos que debemos aprender a utilizar correctamente si queremos hacer un uso óptimo de nuestra impresora, ya que de ellos dependerá no solo el acabado de nuestros trabajos y documentos, sino también los gastos que tendremos que soportar mes a mes.

Cuando hablamos de la calidad de impresión nos referimos a las diferentes opciones que ofrece una impresora a la hora de imprimir. Por ejemplo, configurar la calidad de impresión en modo borrador hará que las impresiones se completen con mayor rapidez y reducirá el consumo de tinta, pero obtendremos documentos con una calidad baja.

La impresión en color se define a sí misma como antagonista de la impresión monocromo. En general lo habitual es reservar la impresión en color a trabajos concretos en los que éste sea imprescindible, como imágenes o documentos con gráficos, pero lo cierto es que también tiene sentido en aquellos que solo contengan texto.

Calidad de impresión: recomendaciones

Para hacer un uso correcto de la calidad de impresión que ofrece una impresora podemos partir de las siguientes recomendaciones:

  • Calidad baja: es buena opción para documentos internos y para borradores de proyectos. También para trabajos que tendrán una vida corta.
  • Calidad normal: es la opción más versátil. Sirve prácticamente para todo, incluso para proyectos que vayan a ir a manos de un cliente.
  • Calidad alta: es una opción que debemos usar en situaciones concretas, como proyectos y trabajos finales que vaya a valorar un cliente.

Color en la impresión: más allá de las imágenes

La impresión en color es fundamental en imágenes y gráficos, pero también puede aportar un valor importante en documentos que contentan grandes cantidades de texto.

Imprimir un documento con diferentes tonos o efectos de color, como subrayados o destacados con letra roja puede ayudar a mejorar la comprensión de las ideas clave de esos artículos, y facilitar el trabajo diario sobre ellos.

Al final la decisión de imprimir en color dependerá de esas claves, pero debemos entender que es una inversión, y que por tanto debemos utilizarla siempre que podamos rentabilizarla.