El papel es un elemento básico en la impresión. Sobre él se lleva a cabo todo el proceso, lo que significa que si es inadecuado para el trabajo que estamos realizando no obtendremos los resultados esperados e incluso puede que la impresión que obtengamos quede totalmente inutilizada.
Si queremos que nuestros trabajos de impresión presenten la calidad que queremos debemos elegir un papel adecuado que cumpla con el mínimo necesario para cada tarea. En caso contrario nos encontraremos como dijimos con problemas de impresión que pueden acabar siendo muy graves.
Papel e impresión: claves para acertar
A continuación os vamos a dar una serie de consejos para acertar a la hora de utilizar el papel más apropiado para vuestras impresiones:
- En caso de trabajar con impresiones normales (documentos y gráficos) debemos buscar un formato que tenga un gramaje de al menos 80 gramos por metro cuadrado.
- Si trabajamos con imágenes o fotos lo ideal es optar por papel fotográfico, ya que es el que nos permitirá conseguir los mejores resultados.
- El papel reciclado puede ser una buena opción para determinados trabajos si queremos reducir costes, pero debemos asegurarnos de que es compatible con nuestra impresora.
Posibles problemas de utilizar un papel inadecuado
Para terminar vamos a repasar también los problemas que podemos sufrir si utilizamos un papel que no es el adecuado para cada trabajo de impresión. Tened en cuenta que estos problemas pueden darse de forma conjunta o individual:
- Atascos frecuentes en la impresora y problemas de enrollado u ondulado en el papel al imprimir. Suele ocurrir sobre todo al utilizar papeles de bajo gramaje, así que la solución pasaría por comprar un papel de mayor consistencia.
- Aparición de sombras en los caracteres impresos, así como los textos poco nítidos o definidos y la aparición de distorsiones o manchas que se producen cuando el papel no es capaz de absorber y fijar adecuadamente la tinta durante el proceso de impresión.
- Anomalías diversas en la impresión de imágenes y fotografías, con colores poco realistas o apagados, así como la presencia de zonas claras o de mezclas “sucias” que dejan la impresión inservible.
