Ya sabemos qué es el modo borrador, una opción de impresión que nos permite sacar documentos en una calidad más baja de lo normal. A cambio de esa reducción de calidad tenemos un menor consumo de tinta, y también una impresión más rápida.

Estas ventajas son importantes, pero si queremos aprovecharlas al máximo debemos aprender cuándo debemos utilizar el modo borrador y cuándo no. Si bien es cierto que no podemos dar todas las pautas de uso del mismo de forma fija, ya que pueden ocurrir situaciones puntuales que marquen la diferencia, sí que podemos ofreceros una guía simple que sin duda os será de gran ayuda.

Cuándo debes utilizar el modo borrador

Debemos partir de una regla de oro básica, siempre que sea posible, y sobre todo en los siguientes casos:

• En documentos internos o de escasa vida útil.
• Para reutilizar papel que sólo ha sido impreso por una cara o similar, pero que puede ser reaprovechado.
• Documentos que aún siendo externos irán a manos de empleados propios o clientes que lo recibirán como proyecto «en sucio» o previo.

Cuándo no debes utilizar el modo borrador

No es aconsejable utilizarlo en documentos externos, salvo la excepción señalada en el apartado anterior, y tampoco en aquellas impresiones destinadas a marketing, publicidad o promoción de nuestra empresa.

En estos casos es mejor ajustar el nivel de calidad y jugar con los niveles «medio» y «alto», aunque por lo general éste último sólo es recomendable utilizarlo en documentos externos de alta importancia.

Más información: HP.