El uso de un papel inadecuado para realizar las tareas de impresión en nuestra pyme puede tener consecuencias negativas en nuestro trabajo que afectarán no sólo a la calidad de nuestros documentos, sino también al ritmo de trabajo y a los costes de impresión.
Para entenderlo nada mejor que un ejemplo. Imagina que vas a imprimir un informe pero por utilizar un tipo de papel inadecuado éste se atasca en la impresora. Logras sacar el documento pero está arrugado y las letras no se han imprimido bien, por lo que has perdido tiempo y has malgastado recursos.
Este problema se podría haber evitado utilizando un papel adecuado a la impresión que ibas a realizar. A continuación repasamos tres problemas que confirman que estamos utilizando un tipo de papel que no se ajusta a nuestras necesidades y que por tanto debemos cambiarlo.
- Atascos frecuentes en la impresora y problemas de enrollado u ondulado en el papel al imprimir. Suele ocurrir sobre todo al utilizar papeles de bajo gramaje, así que la solución pasaría por comprar un papel de mayor consistencia.
- Aparición de sombras en los caracteres impresos, así como los textos poco nítidos o definidos y la aparición de distorsiones o manchas que se producen cuando el papel no es capaz de absorber y fijar adecuadamente la tinta durante el proceso de impresión.
- Anomalías diversas en la impresión de imágenes y fotografías, con colores poco realistas o apagados, así como la presencia de zonas claras o de mezclas “sucias” que dejan la impresión inservible.
El papel es la base de la impresión, si éste falla todo falla, así que debemos darle la importancia que merece y utilizar papel que cumpla un estándar mínimo de calidad como vimos en este artículo.