A priori, la respuesta es no. Aunque parezca que los medios sociales sirven para casi cualquier acción de una marca, empresa u organización, ésta es una verdad a medias. Debemos tener en cuenta qué queremos conseguir, hasta dónde queremos llegar y cuáles son los problemas a los que nos enfrentaremos.
Entonces, ¿cuándo debemos usarlos y cuando evitarlos? En la revista B&B nos dan situaciones corporativas que debemos EVITAR antes de plantear una estrategia en las comunidades sociales.
- Empresa que ofrece productos o servicios muy caros: si queremos vender yates a un reducido número de personas con un alto status económico, podemos ahorrar el presupuesto de social media e invertirlo en llamadas teléfonicas o visitas personales más prácticas y productivas.
- Conflictos dentro de la empresa: si la empresa y los empleados tienen problemas internos, lo mejor es no estar en los medios ni planificar estrategias que nos puedan bombardear los propios trabajadores enfadados.
- Esceptismo en la directiva: si los jefes de una compañía no creen en los medios sociales difícilmente podrán los trabajadores invertir tiempo y esfuerzo en acciones que no tendrán ningún valor para la directiva.
- Vacío estratégico: entrar en Twitter o Facebook porque todo el mundo está no nos servirá para mucho. La empresa debe tener unos objetivos y estrategia a seguir dentro de los medios sociales para que su intervención puede llegar a tener éxito.
- Privacidad y normativa: si la empresa a la pertenecemos debe tener especial cautela con los comentarios que en público, quizás no sea recomendable aparecer en las redes sociales donde puede acabar incluso con la intervención judicial si el asunto va a mayores.
- ¿Estar en Twitter?: antes de entrar de lleno en Twitter debemos plantearnos algunas preguntas para saber si realmente nuestra entrada ayudará a la empresa. ¿Qué cambiará en 2, 6, 12 meses como consecuencia de tener una cuenta de Twitter? ¿Con quién esperamos conectar? ¿Qué clase de información les resulta interesante? ¿Qué podría salir mal? ¿Qué expectativas podrían tener de nosotros? Después de tener claras estas preguntas nos plantearemos estar en Twitter o no.
Si nuestra empresa no cumple ninguna de estas premisas puede que sólo necesitemos una buena idea, unos objetivos claros, un público objetivo y, sobre todo, mucha suerte para que nuestro producto, marca u organización sea conocida entre los internautas.