Moritz Erhardt, un joven alemán de 21 años becario en el banco de inversión Bank of America Merrill Lynch de la City londinense, fue hace unos días encontrado muerto en su habitación tras haber trabajado sin descanso durante 72 horas seguidas. Según el diario británico The Independent, el alemán, al que solamente le faltaba una semana para completar su beca en la entidad, había sufrido un ataque epiléptico en la ducha de la residencia estudiantil que ocupaba en Londres.
Como era de esperar, la noticia ha reabierto el debate de las condiciones laborales de los becarios. Sobre este caso en concreto numerosos comentarios recogidos por The Independent subrayan las duras condiciones de trabajo de los becarios en la banca de inversión londinense, donde sus jornadas «llegan a alcanzar incluso las 14 horas diarias».
Otro joven que realizó prácticas en un banco de inversión en 2011 asegura que los becarios trabajan las horas que se les ordena. «Para los becarios, la peor pesadilla era lo que llamábamos The Magic Roundabout, que es cuando un taxi te lleva a las siete de la mañana a casa, te espera mientras te duchas y te mudas, y te vuelve a llevar a la oficina».
El banco ha elaborado un comunicado en el que asegura estar conmocionado tras la muerte del joven becario: «Estamos profundamente tristes y conmocionados tras conocer la muerte de Moritz Erhardt. Era una persona apreciada entre sus compañeros y era un becario muy motivado en nuestra empresa, con un futuro prometedor».
Por su parte, y en lo que respecta a España, Bruselas ya denunció hace un año la precariedad laboral de los becarios en nuestro país. Un informe publicado por la Comisión Europea (CE) advertía sobre la precaria situación de los becarios que realizan prácticas sin convenio en España, debido a la falta de control legal, y recomendaba que se mejoren sus condiciones laborales respecto a horarios y salarios.
«En España, las prácticas carecen de límites legislativos claros, una flexibilidad que permite que las becas sean la principal puerta de entrada al mundo laboral de los jóvenes, aunque su efectividad sea baja y casi nunca resulten en un empleo».
Y es que, esta falta de control legal deja espacio a los abusos, especialmente en aquellas becas que no están reguladas por algún tipo de convenio. «El mayor problema en España es el uso de las prácticas de una manera ilegal, incluso al margen de los requerimientos mínimos legales», subraya el texto.
Los expertos europeos recomiendan que España defina las características de las prácticas y mejore las condiciones laborales de los becarios, que «a menudo son extremadamente flexibles -en horas de trabajo, vacaciones, bajas- y no compatibles con las condiciones marcadas por el Estatuto de los Trabajadores».
Otro de los puntos críticos son los salarios, que «suelen ser insuficientes comparados con la carga de trabajo», así como el límite de duración de las prácticas.