¿Quieres emprender pero todavía no te atreves a hacerlo? ¿No estás seguro si hay en ti un emprendedor que lucha por «salir del armario’? ¿Tienes una idea de negocio pero no sabes que tienes que hacer a continuación? En MuyPymes ponemos en marcha este verano nuestra «Guía MuyPymes para nuevos emprendedores». Desde hoy y a diario publicaremos un artículo especial sobre casi todos los aspectos que necesitas saber si estás pensando en emprender. No pretendemos ser enciclopédicos ni publicar «la guía definitiva» (para eso existen muchos libros y cursos que podéis seguir), pero sí queremos publicar un serial de artículos que creemos que pueden serviros de orientación para despejar muchas dudas Hoy nos estrenamos partiendo desde cero e intentando definir qué es ser emprendedor.
Los próximos días hablaremos de ideas y planes de negocio, acceso a la financiación, lanzamiento de producto, marketing, tecnología, aspectos legales… etc. Pero hoy, lo primero es lo primero.
El perfil emprendedor
Lo primero que tenemos que tener claro si queremos emprender es saber si realmente podemos o incluso si debemos atrevernos. Emprender puede convertirse en la aventura más apasionante de nuestra vida, pero también transformarse rápidamente en una pesadilla. Así que si vamos a hacerlo, tendremos que tener muy claro que cumplimos con el perfil que normalmente se le exige a un emprendedor. ¿Cómo hacerlo? En primer lugar, contestando a algunas preguntas básicas:
- ¿Tengo una idea clara de negocio?
- ¿Tengo conocimientos o puedo adquirirlos sobre el producto o servicio que voy a ofrecer?
- ¿Sé o puedo aprender a gestionar una empresa?
- ¿Conozco las consecuencias que tiene la aventura de emprender?
- ¿Tengo en definitiva un perfil emprendedor?
Las respuestas que demos a estas cinco preguntas nos retratarán de inmediato. Enseguida sabremos si tenemos lo que se necesita para iniciarnos en el mundo empresarial o si tal vez no es tan buena idea. Incluso si tras responder a estas cinco preguntas estamos más o menos convencidos de que emprender es lo nuestro, no está de más que entendamos en qué consiste exactamente tener un perfil emprendedor.
Un emprendedor no es por definición ni un autónomo ni un empresario, aunque pueden ser las dos cosas. Para entendernos, algo tan patrio como montar un bar, no nos convierte en un emprendedor. Dedicarnos a la fontanería o a las reformas, si bien son dos profesiones muy respetables, no es lo mismo que lanzarse a emprender.
El emprendedor puede por supuesto moverse en un sector tradicional, pero destaca por la originalidad de su idea o planteamiento de negocio. El emprendedor es casi un inventor, e invierte su tiempo, energía y su dinero en desarrollar una idea personal.
Se trata de personas que son curiosas por naturaleza, capaces de asumir riesgos más allá de lo que muchas personas dirían que es razonable, que tienen un proyecto vital (es decir, no emprenden por una necesidad económica), pragmáticas, y conscientes que es muy probable que las cosas vayan mal, sin que esto les desanime a seguir intentándolo.
El emprendedor por supuesto no vive del aire, pero su objetivo principal no es ganar dinero. Quiere por supuesto tener un negocio rentable, pero sobre todo quiere cumplir con un objetivo personal. La frase «make the world a better place», tan manida en los círculos de Silicon Valley, explica con toda la distancia y el escepticismo que queramos, la aproximación al mundo que tiene la persona que se lanza a emprender: dejar huella.
Emprender es arriesgado. Tanto es así que el emprendedor se acostumbra a vivir en una situación de riesgo permanente. Riesgo de no obtener financiación, riesgo de no ser capaz de cumplir con los plazos, riesgo de fallar en el time to market, riesgo de lanzar una idea pero no conseguir clientes, riesgo de apostarlo todo a un exit y que nunca acabe de llegar…etc.
A pesar de que como veremos en próximas entregas el emprendedor necesita por supuesto un plan de negocio, se acostumbra a moverse en un escenario de incertidumbre, que explica por ejemplo que únicamente dos de cada diez startups consigan superar los cinco años de antigüedad. Emprender por lo tanto no es la solución a un problema (por mucho que el Gobierno se empeñe en decir que es la salida a la crisis económica), sino una necesidad vital.
Y aunque muchas personas asocian a los emprendedores con el modelo startup, no es la única forma de hacerlo, ni mucho menos. Se puede emprender trabajando para otra empresa (intraemprendedores), o de forma paralela (sidepreneur). Se puede emprender desde nuestro propio negocio o intentando cambiar algunas reglas de un nicho de mercado tradicional. Y volviendo al ejemplo inicial: sí, se puede emprender montando un bar, pero si la aproximación es innovadora y diferente.
Emprender hoy más que nunca, supone también entender el papel que juega la tecnología en el desarrollo de nuevos negocios. Tanto si queremos montar un negocio puramente digital (y aquí también vale la máxima de que montar una tienda on-line no es emprender, si no hay nada más) como si no, conceptos como marketing on-line, comercio electrónico, movilidad, redes sociales, métricas, etc. acompañan de manera obligada al que quiere definirse como emprendedor.
¿Son todos los emprendedores como los hemos descrito en este artículo? Por supuesto que no. En realidad sólo hemos descrito algunas generalidades que se cumplen en muchos casos; no hablamos de reglas esculpidas en piedra pero sí de un punto de partida que os puede servir como orientación para responder a la gran pregunta, ¿Quieres emprender?
Para saber más sobre el perfil del emprendedor os recomendamos la lectura de los siguientes artículos:
Diez diferencias entre un empresario y un emprendedor
En qué se diferencia un emprendedor de un empresario
20 señales que indican que te has convertido en un emprendedor