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Viernes, 19 Abril 2024

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Cómo superar malos hábitos sin sufrir demasiado en el intento

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Uno de los lugares más comunes del mundo de la productividad es que tardamos 21 días en formar un nuevo hábito. Y aunque esto no siempre es así, hay cierta verdad en ello. En lo que hay menos consenso es a la hora de determinar cuánto podemos tardar en eliminar un hábito que percibimos como negativo (fumar, comer demasiado, ser perezosos, etc.) y sustituirlo por otro positivo.

Como a la hora de formar un nuevo hábito, depende de la fuerza de voluntad, la paciencia y la determinación de cada persona. Además hay algunas herramientas con las que podemos trabajar para conseguirlo.

El poder del dinero

A muchos les parecerá algo ingenuo, pero mantener la clásica «hucha» en la que introducimos una moneda cada vez que «nos portamos mal», tiene sentido. Pocas cosas nos motivan más que el dinero. Pero si no queremos vernos penalizados cada vez que fallamos, podemos hacerlo en sentido inverso: utilizar la misma hucha para introducir una moneda cada vez que cumplimos con nuestro propósito y disfrutar de los acumulado a final de la semana o del mes.

Una forma más interesante de hacerlo es apostar por una web como 21 habit que nos premia o nos penaliza por nuestros buenos o malos hábitos.

Donde nacen los malos hábitos

¿Qué es lo que causa que nos quedemos todos los días hasta las diez de la noche en el trabajo? ¿Por qué lo primero que hacemos cuando nos despertamos cada mañana es fumar? ¿Qué nos lleva a dar por terminado un informe sabiendo que en realidad hay mucho que se podría mejorar?

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Entender cómo tomamos las decisiones que tomamos y qué hay detrás de nuestros malos hábitos es una de las grandes claves que nos van a ayudar a superarlos porque muchas veces cometemos los mismos errores casi sin darnos cuenta que lo estamos haciendo.

El cambio tranquilo

Crear un nuevo hábito no es sencillo: nos exige tiempo y mucho esfuerzo. Romper un mal hábito ya establecido desde hace tiempo es aún más duro.

Vamos a necesitar paciencia y en lugar de aspirar a grandes cambios en poco tiempo, vamos a tener que proponernos objetivos muy realistas, pequeños pasos que nos ayuden a recorrer el largo camino que tenemos por delante. En este punto os recomendamos la lectura de Siete reglas para formular objetivos realistas para mejorar la forma en la que avanzamos en la consecución de nuestros objetivos.

Reflexionar antes de actuar

Antes de lanzarnos a romper con ese hábito que nos está trayendo de cabeza, merece la pena que invirtamos un tiempo en estudiarlo.

Si por ejemplo le prestamos la suficiente atención durante el mes previo de pasar a la acción, descubriremos los motivos reales por los que queremos abandonarlo, seremos más conscientes de las veces que «caemos en la tentación» y estaremos más preparados cuando tomemos la resolución de derrotarlo.

Una cita con el yo de tu futuro

Incluso cuando ponemos la mejor de nuestras intenciones, podemos «volver a las andadas» cuando decae nuestro ánimo o nuestra voluntad de poder. Podemos prometernos a nosotros mismos que solo nos tomaremos dos cervezas cuando entremos en un bar con los amigos, para horas después descubrir que en realidad nos hemos tomado siete.

Evitaremos caer en la tentación, creando recordatorios en nuestra agenda que nos avisen el día que vamos a salir, que no debemos beber más de lo que nos habíamos prometido.

Cambia de ambiente o entorno

En ocasiones determinados espacios o ambientes, actúan como desencadenantes para un mal hábito. Por ejemplo, el tomar café después de comer puede servir de excusa para fumar un cigarrillo. Cambiar de espacio, o el ambiente que asociamos a un ritual, por otro completamente nuevo o que nuestra mente no asocia con un mal hábito, puede ayudar a evitarlo.

Utiliza un diario

Puedes escribir un diario, puedes hablar frente a una webcam o comentar lo que haces en Twitter. Lo importante es tener una herramienta que te sirva para registrar cómo estás avanzando en tu propósito, en la que reflejes por qué quieres cambiar, los obstáculos que te estás encontrando, los logros que has ido alcanzando, etc.

De esta forma siempre que quieras podrás echar la vista atrás y descubrir cómo has llegado al momento en el que te encuentras.

Una nueva perspectiva

Incluso si odiamos nuestros malos hábitos, como fumar o mordernos las uñas, seguimos atrapados en ellos porque nos producen satisfacción, nos sentimos bien en el momento que estamos fumando, calmamos nuestros nervios cuando nos mordemos las uñas.

Podemos cambiar esta sensación siendo conscientes de estos «pensamientos positivos» y reenfocándolos hacia los aspectos más negativos del hábito que queremos cambiar. En otras palabras, podemos convertirnos en auténticos haters de nosotros mismos, o de esa faceta nuestra que no nos gusta.

Vía: Lifehacker

Imagen: Shutterstock

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