Durante muchos años graduarse con honores en una escuela de negocios de prestigio tras pagar un carísimo MBA (master en adminitración de empresas) solía implicar además de tener un empleo asegurado, un salario acorde al precio pagado por el máster en cuestión. No sólo las grandes empresas y las instituciones financieras se peleaban por lo mejor de las escuelas de negocios, sino que estas lo tenían relativamente sencillo a la hora de «colocar» a sus estudiantes en los mejores puestos.
Pero en los últimos años algo ha cambiado. El fenómeno MBA ha ido progresivamete perdiendo fuelle y desde luego, ya no llama tanto la atención como solía. No lo decimos nosotros. El Wall Street Journal asegura que mientras en 2007 una institución tan prestigiosa como la London School of Economics conseguía «colocar» a la mitad de sus estudiantes de MBA en el primer año, el porcentaje ha caído por debajo del 25% en el último año. Como fenómenos íntimamente relacionados, a medida que las empresas tecnológicas crecen cada vez más, son menos los estudiantes de MBA los que consiguen llamar la atención para grandes puestos.
Los expertos consultados por el diario americano han coincidido en señalar que actualmente un MBA no se traduce en un avance significativo en una carrera laboral. Si bien es cierto que por supuesto no resta, el MBA ha conseguido convertirse en una cualidad más a la hora de confeccionar un curriculum, a la altura del dominio de un segundo o tercer idioma o cualquier otra habilidad profesional.
El otro punto en el que han coincido los expertos es que cada vez más se valora una experiencia previa en el sector en el que se quiere entrar, incluso para puestos teóricamente de baja responsabilidad. El MBA se posiciona con más sentido cuando es la propia empesa la que lo aconseja o cuando patrocina a uno de sus trabajadores para llevarlo a cabo, pero no parece ser la mejor de las ideas el llevarlo a cabo por nuestra propia cuenta si lo que esperamos es un gran avance en nuestra carrera profesional.
A pesar de todo ello, la red de contactos y networking que se genera en torno a las principales escuelas de negocios sigue teniendo un valor más que interesante y en ocasiones, mayor que el propio curso que se está llevando a cabo.
