Hace unos días nos enterábamos del lanzamiento de Wetaca, una startup liderada por el ex-masterchef Efrén Álvarez que propone una forma diferente de relacionarnos con la comida. En vez de pasarnos horas haciendo la compra, pensando en lo que vamos a comer cada día y cocinando, Wetaca lo hace por nosotros.
Prepara los mejores platos de comida preparada en envases individuales listos para calentar y comer, sin conservantes ni aditivos. El precio de cada comida oscila entre los 4 y los 7 euros, bastante competitivo si tenemos en cuenta que el precio de un menú en Madrid rara vez baja de los diez euros.
El caso de Wetaca no obstante, se suma al de tantos otros que desde el terreno de las startups apuestan por dar respuesta a la demanda de una alimentación más sostenible, ecológica y alejada de las grandes cadenas de intermediarios.
Que los consumidores están cada vez más dispuestos a pagar por productos locales, conocidos también como de Km 0 lo saben en empresas como «La colmena que dice Sí», o «Mumumio» que dan un paso más allá de los grupos de consumo locales, para articularse como auténticas plataformas que ponen en contacto a productores locales/ecológicos con consumidores que quieren disfrutar de productos más «auténticos».
Los precedentes a esta tendencia los encontramos en proyectos como «Apadrina a una oveja» o «La mejor naranja», pequeñas explotaciones locales que «sencillamente» descubrieron que Internet era la vía natural para expandir su mercado, llegando a espacios a los que difícilmente podría haber llegado siguiendo el modelo de distribución tradicional.
Las personas ocupadas también pueden comer bien
Una de las excusas que suelen poner las personas que no disfrutan de la mejor dieta del mundo, es que el ritmo de trabajo que llevan y sus otras obligaciones, les impiden confeccionar una dieta semanal equilibrada. No tienen tiempo para comprar los alimentos necesarios ni en realidad, sabrían que hacer con ellos.
Es aquí donde entran modelos como los que representan «Buy Fresco», «Yo como bien» o «Food in the box». Siguiendo el ejemplo de compañías como «Hello Fresh», semanalmente envían a sus usuarios una caja con los alimentos necesarios para preparar las recetas que previamente han seleccionado en su web, además de un libro de recetas que les explica cómo preparar las recetas de esa semana.
El precio de estas cajas depende en buena medida de las recetas que seleccionemos y de cuántas personas seamos en casa. En el caso de un single el precio por plato se sitúa alrededor de los 6-7 euros y baja hasta los 4 en caso de una pareja. ¿Cuál es el precio de un plato normalmente si lo hacemos por nuestra cuenta? Depende evidentemente de los ingredientes que escojamos pero aproximadamente, tomando en cuenta todos los platos que comemos en una semana, se sitúa en la órbita de los 2-3 euros.
Por supuesto, los más ocupados también son los que optan por plataformas de envío de comida del restaurante a casa, o al trabajo. Y aquí encontramos los clásicos Just Eat o «La nevera roja», que hace unos meses se lanzó al mercado de la comida premium con la presentación de foodora.
Una vuelta más de tuerca en este nicho es el caso de Deliveroo, startup que combina el pedido de comida a restaurantes, con la entrega de todo tipo de comida que se encuentre en el rango de acción del código postal del usuario que lo solicita. O el caso de Aloha 24, startup que permite combinar en un único pedido, comida de hasta cinco restaurantes. Igualmente interesante es la propuesta hiper-localizada de ikiOra, startup que por ejemplo se compromete a llevarnos a nuestra casa/trabajo ese Mokaccino que tanto nos gusta de Starbucks, un menú Big Mac completo o una selección de lo mejor de «100 Montaditos».
Para los que no tienen tiempo ni para comer
Para aquellos que realmente nos están interesados en la comida o que no aprecian la gastronomía, o que simplemente no tienen tiempo, también existen alternativas. La más conocida es Soylent una startup que asegura que ha conseguido sintetizar todos los nutrientes que nuestro cuerpo necesita, en una serie de batidos. Cada batido, equivale a una comida completa.
Soylent fue diseñado por el ingeniero de software Rob Rhinehart a principios de 2013 para ahorrar dinero, reducir tiempo de preparación de la comida, y garantizar la mejor nutrición. Si bien sus creadores afirman que se puede vivir perfectamente tomando exclusivamente Soylent, lo cierto es que de momento esta dieta no está avalada científicamente, por no hablar de lo aburrido que es tomar todos los días el mismo batido para desayunar, comer y cenar. En cambio, como método para sustituir una de nuestras comidas diarias, parece tener más sentido.
A Soylent (que de momento sólo opera en Estados Unidos) le han salido varios imitadores. El más conocido en Europa es Joylent, que nos promete 30 comidas completas por 55 euros.
