4.30 de la mañana. La ciudad duerme. Suena el despertador. Comienza tu mañana. Tienes todo el tiempo del mundo. Más tiempo que cualquiera de los compañeros que verás en tu oficina dentro de 4 ó 5 horas. Puedes permitirte un desayuno de verdad, preparado con mimo. Descubres que tienes tiempo de hacer ejercicio e incluso de acercate a ese gimnasio que abre las 24 horas. Antes de las 7 de la mañana te sorpende comprobar que ya has revisado tu correo electrónico y que incluso tienes tiempo para leer o trabajar en un proyecto personal.
Todas esas cosas que no sueles hacer porque normalmente llegas a casa demasiado cansado, has conseguido llevarlas a cabo. Y todavía nos ha empezado tu jornada laboral. ¿Qué te parece el cambio?
Para Filipe Castro Matos, del que hablaremos en este artículo y que se ha hecho famoso tras publicar 12 Lessons of Waking Up at 4:30 a.m. for 21 Days y participar en un TED Talk que se ha vuelto viral, ganar esas dos o tres horas al día, pueden literalmente cambiar tu vida. No sólo serás más productivo, sino que realmente vivirás de una forma muy diferente.
Y no, no es ninguna locura ni nada que no se haya hecho antes. Hasta la invención de la luz eléctrica, la humanidad se despertaba cada día con las primeras luces del alba. Es sabido que los antiguos romanos acostumbraban a iniciar su jornada de trabajo a las 4 de la mañana y lo mismo podemos decir de casi todas las civilizaciones antiguas. Y algo nos pueden enseñar los romanos ¿O no?
Pero antes de que todos los que leéis este artículo corráis a casa a poneros el pijama, una advertencia: formar este nuevo hábito (en 21 días o en más) ni es para todo el mundo, ni todo el mundo puede llevarlo a cabo. Pero si estás dispuesto a intentarlo, si normalmente después de comer entras en un “bloqueo productivo” del que no sacas nada y quieres cambiar las cosas, te animamos a intentarlo. Estas son algunas consideraciones que deberías tener en cuenta.
Comparte tu proyecto
Iniciar un nuevo hábito como este resulta mucho más sencillo si compartes con el mundo lo que quieres hacer. En el caso de Filipe, comunicó en Facebook cuál iba a ser su nueva rutina, compartiendo cada día los progresos que hacía y sus reflexiones sobre todo el proceso.
De esta forma no sólo consiguió un feedback instantáneo, sino que consiguió mantener abierto un canal de comunicación que le apoyaba, que le preguntaba y que le animaba a seguir cuando al sonar el despertador sentía que era mucho mejor “seguir durmiendo un poquito más”.
No renuncies a horas de sueño
A menos que respetes el número de horas que acostumbras a dormir cada noche, tu proyecto fracasará miserablemente en pocos días.
Despertarse a las 4.30 no tiene tanto que ver con dormir menos sino con cambiar radicalmente la forma en que estructuramos nuestro día a día, aprovechando al máximo las horas en las que nos encontramos frescos y despejados.
Supondrá que en muchos casos tengas que irte a la cama a las 22.00. Pero piénsalo por un momento. ¿Qué sueles hacer normalmente a esa hora? ¿Ver la televisión?
Ajusta tu rutina… si puedes
Levantarse a las 4.30 supone cambiar también otros hábitos, entre otros las horas de comer y de cenar. Supone cambiar la forma en la que te entretienes (adiós para siempre primetime) e incluso la forma en la que te vas a relacionar con familia y amigos.
Maximizar el descanso que obtenemos de las horas que permanecemos en la cama supone además comprometernos a llevar una dieta equilibrada y hacer deporte. Supone llegar a un compromiso con nosotros mismos y a una negociación con los que posiblemente tendrán que “soportar” nuestros nuevos hábitos.
Pero supone también tener una flexibilidad necesaria. Pensar con antelación cómo va a ser tu semana y concederte también un descanso: si no tienes por qué hacerlo, sáltate los fines de semana.
Olvídate de esos diez minutos de más
El botón “snooze” de nuestro despertador es uno de los grandes enemigos de nuestro descanso. Esos cinco minutos más y otros cinco, y cinco más, no nos van a proporcionar ningún descanso adicional, más bien el contrario.
La dura realidad es que lo más interesante para despertarnos descansados es saltar de la cama en cuanto suena el despertador.
Disfruta del cambio
Como explica Filipe Castro ningún cambio importante es sencillo. Pero sólo los cambios que buscamos con determinación y en los que hay un objetivo claro, merecen la pena.
Pon en marcha este proyecto si crees que con tu rutina actual no consigues llevar a cabo tus proyectos o tus sueños. Hazlo porque crees que nunca tienes tiempo y que cuando lo tienes, normalmente cuando sales de trabajar, estás tan cansado que realmente da igual. Sólo si tienes una motivación clara conseguirás disfrutar del cambio.