El último Informe Especial GEM sobre Financiación para Emprendedores, que recoge información de más de 60 economías, concluye que la crisis financiera global ha obligado al 95% de los emprendedores del mundo a emplear financiación propia para la puesta en marcha de sus empresas. España e Israel, con un 79%, son los países con menor porcentaje de emprendedores que utilizan su propio dinero como fuente de financiación. En particular, los españoles precisan de una media de 15.000 euros para poner en marcha sus proyectos.
Los datos sobre emprendimiento en España para la elaboración de estos Informes son analizados y publicados por la RED GEM España, una asociación formada por 18 equipos de investigadores del entorno académico y empresarial que cuenta con el liderazgo institucional del Centro Internacional Santander Emprendimiento (CISE) y el patrocinio principal de Banco Santander, a través de Santander Universidades, y de la Fundación Rafael del Pino.
A pesar de que el coste medio de la creación de una empresa se ha reducido, el acceso a la financiación es uno de los problemas más graves para las empresas en muchas economías, siendo las pymes las que mayores dificultades encuentran a la hora de financiarse.
El anterior Informe Especial GEM sobre Financiación para Emprendedores fue lanzado hace diez años. Desde entonces, la disponibilidad de fondos, las fuentes de financiación, así como el coste de iniciar un negocio han evolucionado. La cantidad promedio necesario para emprender en 2004 era de 48.200 euros mientras que en 2015 fue de solo 11.600 euros, lo que refleja una gran capacidad de los emprendedores actuales para poner en marcha sus iniciativas con muchos menos recursos y el menor coste de los nuevos modelos de negocio, principalmente los vinculados a las tecnologías digitales.
Según los datos del último Informe, los emprendedores españoles necesitan en torno a 14.850 euros para arrancar sus proyectos que, en su conjunto, financian en un 74% con fondos propios. En este sentido, también ha variado la proporción de fondos propios que los emprendedores invierten en sus iniciativas: en 2004, aportaban el 66% de su capital inicial, mientras que en 2015 la cifra se elevó al 72%, lo que sitúa a España un poco por encima de la media.
Complementariamente a los fondos propios, el informe refleja que los bancos siguen siendo una fuente importante de financiación en todas las regiones: sus contribuciones de financiación van desde una cuarta parte de los emprendedores de África, Asia y Oceanía, a proporcionar financiación para un tercio de los emprendedores en América del Norte. Por su parte, la financiación de organismos gubernamentales también juega un papel importante y es la más alta en Norteamérica, con índices que superan el 25%, mientras que en Europa las cifras rozan el 10%.
Sin embargo, el informe muestra que las formas tradicionales de financiación se están complementando cada vez más con otras como los préstamos peer-to-peer, la financiación colectiva (crowdfunding), la microfinanciación y las cooperativas comunitarias. Al mismo tiempo, las industrias, los modelos de negocio y el concepto de “mercado” están siendo redefinidos por la tecnología digital.
Caroline Daniels, una de las autoras de este Informe Especial GEM, sostiene que la globalización y el papel de la tecnología, incluyendo los social media, no pueden ser subestimados, especialmente en las naciones más desarrolladas. “Los emprendedores de América del Norte son mucho más propensos a tener acceso a fuentes de financiación más sofisticadas, como el Venture Capital y el crowdfunding”, explica.
“El 14% de los emprendedores norteamericanos se financian a través de crowdfunding. Por el contrario, en África, Asia y Oceanía tienen más dificultades para acceder a estas formas de financiación y sólo el 2% se financia con estas alternativas”, agrega.
Los autores afirman que el uso de los recursos propios nace sobre todo por necesidad, cuando los emprendedores no pueden garantizar la financiación externa. Con la excepción de sólo dos economías, el informe revela que las mujeres emprendedoras necesitan menos dinero para iniciar un negocio que los hombres. En Canadá, donde se registra la brecha de género más elevada, los hombres necesitan 8,5 veces más fondos que las mujeres para emprender, lo que se asocia a la diferencia de los modelos de negocio entre ambos.
En el caso de España, mientras los hombres necesitan alrededor de 18.350 euros para iniciar sus negocios, las emprendedoras requieren en torno a 11.890 euros. Esta brecha de género (1,54) es pronunciada pero considerablemente inferior a la que presentan las economías impulsadas por la innovación (entre las que se encuentra España), donde la relación es de 2,4 veces.