Los Ad Blockers se han convertido en los últimos años, en uno de los grandes enemigos de los medios de comunicación. Su capacidad para bloquear todo tipo de anuncios y publicidad web los ha convertido en los «malos de la película» en las salas de reuniones de miles de empresas de todo el mundo. Al fin y al cabo, un mundo en el que la mayoría de los usuarios utilizasen estos programas pondría al menos a corto plazo en serio peligro la viabilidad de muchas publicaciones on-line.
Sin embargo un reciente estudio desarrollado por eMarketer está consiguiendo calmar los ánimos. De forma inesperada, los profesionales de eMarketer han constatado que el uso de programas de Ad Blocking ha caído en Alemania por tercer cuatrimestre consecutivo. Del 21,5% de usuarios alemanas que utilizaban este tipo de programas en el cuatro cuatrimestre de 2015, el uso de Ad Blockers no ha parado de bajar, hasta registrarse un 19,1% correspondientes al tercer cuatrimestre de 2016.
El universo que se ha tomado como muestra es además especialmente significativo ya que Alemania es uno de los países del mundo con mayor penetración de este tipo de tecnologías. En Estados Unidos por ejemplo, únicamente un 18% de los usuarios lo utilizan, mientras que en el Reino Unido la media se sitúa en el 17%.
¿A qué se debe este cambio? Por un lado, los usuarios que utilizan Ad Blockers suelen ser en términos generales, usuarios avanzados de Internet: no tanto porque sea necesario tener conocimientos técnicos para utilizarlos, sino porque hay que tener cierto «interés tecnológico» para saber que estos programas existen.
Por otro lado empiezan a ser bastantes los medios de comunicación que o bien advierten o bien limitan la navegación de aquellos usuarios que utilizan estos programas. Y si bien existen otros programas que pueden «saltarse» estas contramedidas, su uso aún es mucho más minoritario.
¿Está por lo tanto la industria editorial a salvo del bloqueo publicitario? Puede que sea precipitado realizar una afirmación tan rotunda, pero también puede que finalmente estos programas nunca se vayan a convertir en al gran ogro que prometían ser.
