Una noticia realmente positiva para el tejido empresarial español, especialmente para aquellas pequeñas y medianas empresas que son las que más sufren con los retrasos en los pagos. El último boletín de Morosidad y Financiación Empresarial de Cepyme, correspondiente al segundo trimestre de 2017, muestra que la morosidad está descendiendo. El indicador se ha situado entre los meses de abril y junio en 92,5 puntos, el “registro más bajo desde el mismo periodo de 2015”. Se mantiene la tendencia bajista iniciada en el segundo trimestre de 2016.
El periodo medio de pago se ha situado en 80 días mientras que la deuda comercial se ha incrementado levemente. Cepyme apunta que esta reducción permite que baje el coste financiero imputable a la morosidad, que en estos momentos está en 930 millones de euros, un 11% menos que en los tres primeros meses de este ejercicio. La reducción de ese tiempo entre pagos ha caído en todo tipo de compañías, independientemente del tamaño de estas, y la distribución alimenticia se mantiene como la actividad con mejor comportamiento respecto al cobro de facturas. El textil, la construcción y la promoción acumulan retrasos de más de 30 días por encima del plazo legal.
Las comunidades donde están los mejores pagadores son Castilla y León y Cataluña. Navarra y Cantabria son las regiones en las que “más se ha reducido el plazo de pago”. La Administración Central pierde su posición como ente público con menores retrasos al afrontar los pagos. Las corporaciones locales siguen siendo las que peor comportamiento presentan a este respecto.
En cuanto a la evolución de la financiación empresarial, el stock de crédito bancario para negocios ha retrocedido nuevamente entre abril y junio de 2017. La concesión de créditos para nuevas operaciones ha crecido más de un 10% interanual hasta junio cuando se trata de préstamos a pymes. En el caso de grandes empresas, el incremento ha sido del 3,7%.
