Los AIO se han convertido en una excelente opción con la que dar respuesta al cambio progresivo que ha experimentado el lugar de trabajo de la mayoría de las pymes y de los profesionales independientes.
El espacio siempre ha sido un recurso muy valioso y con la actual tendencia al minimalismo se ha visto fuertemente potenciado. Dar cabida a un PC de escritorio en un espacio muy reducido puede ser todo un desafío, pero gracias a los AIO podemos darle respuesta de una manera muy sencilla.
¿Qué es un AIO?
Son las siglas en inglés de «Todo en Uno» y hacen referencia a un PC que integra todos los componentes necesarios para su funcionamiento en la pantalla. Esto lo diferencia de un equipo estándar, que incluye una torre separada del monitor en la que se incluyen dichos componentes.
Los AIO integran por tanto el procesador, la RAM, las unidades de almacenamiento y todo lo demás en la misma pantalla, lo que les permite reducir el espacio que ocupan de manera drástica si hacemos una comparación directa con un PC tradicional.
¿Qué ventajas aporta un AIO?
La más importante ya la hemos anticipado, ocupa menos espacio y por tanto se adapta prácticamente a cualquier rincón de nuestra pyme u oficina pero esta no es la única clave que debemos tener en cuenta.
Estos equipos reducen el cableado necesario para funcionar, tanto que en algunos modelos sólo tendremos el cable de alimentación que va de la pantalla al enchufe. Esto nos permite crear entornos de trabajo totalmente inalámbricos, limpios del (en ocasiones) molesto cableado.
También suelen tener un precio muy equilibrado, sobre todo en modelos para ofimática. Fabricantes como Lenovo ofrecen modelos como el ThinkCentre S200Z que trae una pantalla de 19,5 pulgadas, una CPU Pentium N3700, 4 GB de RAM y un HDD de 1 TB más teclado y ratón por poco más de 300 euros.
