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Viernes, 19 Abril 2024

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Siete cualidades que debes tener en cuenta a la hora de escoger a tus socios de empresa

pacto socios empresa

Tan importante es tener una idea innovadora y satisfacer una demanda del mercado como contar con el equipo y socios adecuados para hacer perdurar la compañía. Aunque no hay cifras oficiales, la experiencia de RB Ruiz Beato Abogados, especializada en aportar soluciones y servicios en asuntos laborales, fiscales y jurídicos, apunta a que el 25% de las empresas que fracasan lo hacen por desavenencias entre sus socios o el equipo fundador.

Incluso ahora en plena vorágine de inversiones y rondas de financiación surgen discrepancias entre inversores, gestores, equipo fundador a la hora de abordar cuestiones relacionadas con la gestión del negocio, diversificación de servicios y productos, por la entrada o salida de socios, por abordar nuevos mercados… La visión empresarial de los socios no es siempre la misma y muchas veces de ahí surgen las primeras divergencias.

Por eso, una de las recomendaciones para prevenir posibles fracasos es que los socios firmen un pacto de socios en el que se prevean posibles situaciones que pueden llegar a producirse y se establezca cómo se va a actuar o las condiciones de salida. Es mejor prever desde el principio cómo se van a solucionar posibles conflictos que podrán llegar o no, que tenerlos que resolver cuando la relación entre los socios está enfrentada. En ese sentido, otro aspecto importante es delimitar bien desde el principio las responsabilidades y áreas de actuación de los socios.

Si echamos un ojo a las grandes compañías, la historia empresarial está llena de ejemplos como Yahoo!, Google, Burger King, Ben & Jerry, Hewlett Packard, Harley Davidson, Procter & Gamble… en los que el carisma y simbiosis del equipo fundador fueron determinantes para el crecimiento de las compañías. Del mismo modo que hay ejemplos, llevados a la gran pantalla también, de compañías donde la amistad de un grupo de amigos que fundaron una startup se acabó rompiendo, como ocurrió con Apple o Facebook.

Y es que acertar con la elección de un buen socio empresarial o financiero no siempre es fácil. Así que nos hemos aventurado a dar siete consejos o cualidades que conviene tener en cuenta a la hora de elegir un socio empresarial.

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Saber lo que vale cada uno o lo que realmente puede o sabe aportar

A Napoleón se le atribuye aquella máxima de que “el hombre es como un número: sólo tiene valor por su posición”. Por muy amigos y mucho entusiasmo que haya a la hora de emprender, la realidad demuestra que cada socio tiene un valor y que no cualquier socio vale.

Es importante saber el valor que aporta cada uno de los socios, aquello en lo que va a contribuir y aquello que no le puedes pedir, sus áreas de experiencia o contactos. No todos los socios tienen que hacer lo mismo ni valen para lo mismo. Cambiar a las personas es muy complicado y los socios tiene que aceptarse, todos tal cual son, y ser conscientes de sus virtudes y sus defectos. Deben conocerse y deben interpretar las conductas que se producen a su alrededor en función de cómo sea cada uno para evitar sorpresas.

Tener confianza y entrega en lo que hay que hacer

Por muy bonito que lo pinten emprender no es fácil. Cuando te embarcas en un proyecto asociativo tienes que aparcar miedos, los “por si acaso”, los reparos que se plantean antes de embarcarse y una vez que has embarcado, no puedes estar midiendo o cubriéndote las espaldas o no entregarse en cuerpo y alma al proyecto. Sin entrega ciega no hay confianza y sin confianza no hay posibilidades de alcanzar un futuro prometedor.

Si no confías en tus socios, estarás más pendiente de los fantasmas que del negocio y acabarás tomando decisiones erróneas. O como decía Churchill, «pasé más de la mitad de mi vida preocupado por cosas que jamás iban a ocurrir«.

Tener espíritu de sacrificio

Al igual que ocurre en el deporte, cualquier proyecto empresarial también conlleva sacrificios tanto personales como familiares y a veces, empresariales. Si uno de los socios no está dispuesto a sacrificarse, no merece la pena que se embarque en algo que le va a exigir mucho, más de lo que normalmente uno puede dar y que va a generar recelos entre el resto de socios. En los proyectos empresariales hay mucho de trabajo en equipo.

Saber comunicarse y hacerse entender

No vale con mandar un e-mail y luego justificarse en que “ya lo avisé”. En una aventura empresarial es muy importante que haya comunicación entre los socios, que haya libertad para que cada uno pueda exponer su postura con total confianza, sin que a la primera de cambio se produzca una ruptura.

Sin diálogo o confrontación de ideas es difícil que la unión de los socios haga la fuerza y para ello hay que dejarse de correos electrónicos y promover reuniones presenciales y levantar las actas correspondientes para que no queden dudas sobre las decisiones que se toman.

Buscar la persistencia y la creatividad

El socio tiene que evolucionar con el negocio, emprender, adaptarse al mercado, a las nuevas demandas y necesidades de los consumidores, innovar y ser creativo a la hora de hacer las cosas…

Todo esto requiere de una actividad constante, continua y persistente que exige al socio ser luchador y debe aportar ideas nuevas y diferentes, debe tener tiempo para pensar, además de hacer como el que más.

Asumir responsabilidad y exigir compromiso

Si no estás comprometido con el proyecto, si el socio no tiene el enfoque de vida puesto en el mismo, es muy difícil que un proyecto salga adelante y más aún si ese compromiso no va unido a la responsabilidad.

Uno tiene que saber qué obligaciones asume y las cargas que cada día uno se ve obligado a soportar. Sin responsabilidad no hay viabilidad.

Saber arriesgar

No todo viene escrito en el plan de negocio del Excel ni la estrategia comercial del PowerPoint. Un socio tiene que tomar decisiones y no es fácil hacerlo ni siempre conlleva el acierto de las mismas. Pero quien no toma decisiones no anda, no camina y en un negocio nunca puedes estar parado. Muchas decisiones conllevan riesgos y sin riesgo uno no es empresario, no cualquier persona vale para arriesgarse y no cualquier riesgo es válido.

Firmado: Fernando Ruiz-Beato, socio de RB Ruiz Beato Abogados.

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