Microsoft y Apple han colaborado en el desarrollo de un estándar para pantallas braille, un formato muy particular que está pensado para facilitar el acceso a la tecnología a personas ciegas y también a las sordo-ciegas.
En general ese tipo de pantallas se presentan como una alternativa a las pantallas con sistemas de reproducción de voz que realizan una guía auditiva para ayudar a las personas con ceguera o grandes deficiencias visuales, pero presentan un problema importante y es que no tienen un único estándar.
Esto significa que para utilizar una pantalla braille en un equipo con un sistema operativo concreto necesitamos de un controlador determinado, y para utilizarla en otro equipo con un sistema operativo diferente es necesario disponer igualmente de otro controlador.
Dicho de otra forma, estas pantallas no tenían un estándar que les permitiera funcionar de manera «plug and play» (conectar y utilizar), un problema que Apple y Microsoft han solucionado gracias al desarrollo de USB-IF Human Interface Design (HID), nuevo estándar que hace que los teclados-pantalla en braille funcionen en diferentes sistemas operativos sin necesidad de instalar controladores diferentes.
Con este avance se simplifica el acceso a la tecnología a las personas con necesidades especiales. A nivel profesional este nuevo estándar tendrá efectos muy positivos, ya que facilitará la integración de equipos adaptados a profesionales con problemas visuales graves o con ceguera total en empresas que utilicen equipos con sistemas operativos diferentes.
Tanto Microsoft como Apple han trabajado para adaptar sus principales sistemas operativos a personas que presentan además limitaciones importantes a nivel de movilidad. Uno de los ejemplos más recientes lo pudimos ver en el sistema de control ocular que integraron los de Redmond en Windows 10.