Aspirantes a emprendedores, dejad vuestros MBA y planes de negocio a un lado. Todo lo que necesitáis para emprender es…caca de gato. Esta es la sorprendente conclusión a la que llega un estudio publicado esta semana por la Universidad de Colorado.
¿De verdad, caca de gato? ¿Caca de gato? Por inverosímil que pueda parecer la conclusión a la que llegan estos investigadores, cuando leemos la tesis en la que sustentan su afirmación, no cabe sino reconocer que de una forma retorcida y original, tiene cierta lógica.
Como han demostrado otros estudios, las heces de los mininos son el lugar de esparcimiento favorito de la toxoplasmosis, un parásito que además de ser uno de los principales enemigos de las embarazadas, tiene entre sus «habilidades» la capacidad de inhibir el miedo al riesgo en los organismos que infecta.
En este sentido, los investigadores de esta universidad americana concluyen que les personas infectadas con este parásito tienen muchas más posibilidades de poner en marcha su propia empresa que aquellas que se mantienen «limpias». Y es que como otros estudios se encargan del recordar, el miedo al fracaso es uno de los principales motivos por los que muchas personas nunca acaban de dar el paso.
Además de ese espíritu emprendedor, la toxoplasmosis está directamente relacionada con el aumento de los accidentes de tráfico, el abuso de drogas e incluso los suicidios. Y es que no tener miedo, no es necesariamente siempre positivo…¿verdad?
¿Pero cómo ayuda la toxoplasmosis a los gatos y qué hace este parásito ahí? En una relación tan curiosa como simbiótica, el Toxoplasma gondii ayuda a los gatos a cazar más ratones. Al entrar en contacto con el organismo de los roedores (normalmente por contacto o ingesta de los excrementos del gato) el ratón en cuestión pierde el miedo y su instinto natural a huir de los gatos… y de hecho incluso cuando es capaz de seguir oliendo su orina, los neurotransmisores que en condiciones normales dispararían las señales de alerta, se bloquean.
Así que estos intrépidos ratones comienzan a pasearse sin problemas por los lugares más populares entre los gatos callejeros del barrio. Son cazados sin demasiados problemas, su carne es ingerida y el parásito vuelve al gato. ¿Sigues teniendo ganas de emprender? A lo mejor deberías ir a ver a tu veterinario.