Trabajadores autónomos y bajas por enfermedad son dos conceptos que nunca se han llevado demasiado bien. De hecho como recuerda estos días la Federación Nacional de Asociaciones de Trabajadores Autónomos (ATA), mientras que el 1,95% de los asalariados españoles se dieron de baja por enfermedad en 2017, únicamente un 0,96% de los autónomos hicieron lo propio.
De forma similar, desde ATA informan de que durante el año pasado los autónomos que estuvieron de baja por enfermedad lo hicieron por una media de 92 días. Esta cifra es casi el triple de tiempo que la media de días de los asalariados que pasaron de baja por enfermedad una media de 39 días.
Con estos datos en la mano, desde la organización afirman que los profesionales que se dan de baja es porque «están enfermos de verdad» y que únicamente suelen hacerlo cuando esta condición se va a mantener durante un periodo prolongado. Así las cosas, desde ATA han pedido que los autónomos estén exentos de pagar la cuota a la Seguridad Social a partir del día 30 de su baja por enfermedad, ya que su abono constituye «un verdadero problema».
Para Lorenzo Amor, presidente de ATA, esta circunstancia refuerza la idea de lo «importante» que es que los autónomos adecuen en cada periodo su base de cotización a lo máximo que puedan. «Porque cuando estén de baja, va a ser para largo tiempo y necesitan poder recibir lo máximo posible».