Casavo, empresa de referencia en el proptech italiano, es la forma más rápida y sencilla de vender un inmueble “al instante” gracias a un modelo de negocio totalmente innovador y singular. La compañía propone un sistema de compra y liquidez inmediata evitando las largas esperas, la incertidumbre burocrática y los riesgos que implica la venta de un inmueble; reduciendo al máximo el tiempo necesario de venta.
Con un servicio 100% transparente y gratuito, a través de Casavo se simplifica a tan sólo tres pasos el proceso de compra de propiedades. El procedimiento comienza completando un formulario con información básica sobre el inmueble que se desea vender. A partir de ahí, su equipo de expertos, en menos de 48 horas, realiza una oferta por el inmueble.
Sin compromiso, si el propietario está interesado, se realizará de forma totalmente gratuita una inspección técnica con un tasador externo, imparcial y ajeno a la empresa, que se encargará de revisar la vivienda para confirmar la oferta final. Por último, Casavo se encarga de todos los trámites y de la reunión final con el notario, donde el vendedor recibe la totalidad del dinero en ese mismo instante.
La prioridad y filosofía de Casavo es proporcionar la mejor experiencia y servicio al cliente, propósito que ha logrado con éxito en las 5 ciudades donde ya opera la compañía. Mediante la nueva figura denominada iBuyer o Instant Buyer (Comprador Instantáneo), Casavo compra la vivienda de forma directa consiguiendo reducir a cuestión de días la venta, minimizando a los propietarios las preocupaciones que conlleva el proceso de venta y valoración, la reforma de la propiedad, las visitas o la espera hasta encontrar a un comprador.
Notables ventajas
Teniendo en cuenta que el tiempo medio que se tarda en vender una casa en Madrid es de cuatro meses, las ventajas que presenta esta proptech para la venta de una propiedad se traducen en cifras que marcan un antes y un después en el mercado inmobiliario: Casavo compra la vivienda al propietario en tiempo récord y en tan solo dos visitas, frente a las múltiples que son necesarias en la compraventa tradicional.
A través de su propia tecnología, Casavo determina el valor de compra, ahorrando al propietario –además de tiempo– todos los costes de gestión asociados y comisiones sobre el valor de la vivienda; sin incertidumbre de precios, de fecha de compra ni de comisiones ocultas.
Posteriormente, y tras la compra del inmueble, Casavo realiza la reforma y vuelve a introducirlo en el mercado, garantizando un aumento de valor, facilitando la venta y potenciando la mejora constante del parque inmobiliario de cada ciudad donde se implanta.
Aunque Casavo revoluciona el sistema comercial inmobiliario, se introduce en el sector respetando a los diferentes players que operan en la actualidad, especialmente a las agencias inmobiliarias: lejos de ser un competidor, Casavo se relaciona con ellas de una forma directa y colaborativa, convirtiéndolas en sus partners. La forma de trabajo entre Casavo y las agencias las involucra no solo en el proceso de compra si no también en la fase de venta de los inmuebles previamente adquiridos y reformados; incrementando su plusvalía y facilitando la venta, beneficiándose todas las partes.
Casavo nació en Milán (Italia), en 2017, como una plataforma tecnológica que ha revolucionado el mercado inmobiliario italiano; desde entonces, el crecimiento ha sido vertiginoso: la compañía ha cerrado este 2019 con un total de 300 adquisiciones por un valor que supera los 85 millones de euros.
El crecimiento de la compañía lo demuestra también el crecimiento del equipo, pasando de dos empleados, en sus comienzos a las más de 100 personas que forman parte de la compañía en la actualidad. Además, Casavo ha sido galardonada en Italia en 2019 como una de las mejores empresas para trabajar.
Gracias a su éxito y su gran posicionamiento, Casavo ha conseguido una de las mayores captaciones de inversión en Italia en los últimos dos años, un total de 100 millones de euros (entre capital y deuda), para impulsar su expansión en Europa con Madrid como punto de partida.
