La presentación de los procesadores Intel Tiger Lake generó una gran expectación, no solo por todo lo que esta generación supone en términos de rendimiento CPU, sino por la enorme mejora que representan las GPUs integradas Intel Xe, un salto generacional enorme que ha llegado a poner contra las cuerdas a las GPUs dedicadas de bajo consumo para ultraportátiles.
Esta realidad tiene una explicación. Cuando compramos un ultraportátil estamos apostando por el valor que ofrece el equilibrio entre potencia, consumo y movilidad, aunque en algunos casos concretos se prioriza de forma clara a las dos últimas claves. Esto quiere decir que las GPUs dedicadas de alto rendimiento no tienen ningún sentido en este tipo de equipos.
Para muchos profesionales la GPU tiene un papel secundario y casi prescindible en un ultraportátil, ya que la carga de trabajo que deben sacar adelante depende en gran medida de otros elementos, como por ejemplo la CPU y la memoria RAM. Sin embargo, también hay profesionales que sí que necesitan contar con un buen rendimiento gráfico para afrontar tareas de diseño, edición de vídeo o renderizado, entre otras.
Es ahí cuando las GPUs dedicadas de bajo consumo en equipos ultraportátiles cobran todo su sentido. El caso es que con la presentación de los procesadores Intel Tiger Lake, y de las gráficas Intel Xe de última generación, el rendimiento de estas últimas se ha acercado «peligrosamente» al de las soluciones dedicadas, lo que ha llevado a algunos a plantearse qué ocurrirá a corto plazo con las GPUs dedicadas en el mundo de los ultraportátiles.
Si comparamos el rendimiento que ofrecen una Intel Xe con 96 unidades de ejecución frente a la NVIDIA MX350 nos daremos cuenta de que ambas quedan en un nivel muy similar, algo realmente impresionante para una solución gráfica integrada, pero si la comparamos con la NVIDIA MX450 vemos que las diferencias entre ambas son muy marcadas, y que las GPUs dedicadas tienen, todavía, una larga vida por delante en el mundo de los ultraportátiles.
La NVIDIA MX450 se empezará a montar en ultraportátiles de nueva generación que irán llegando al mercado a finales de este mismo año. Está basada en la arquitectura Turing, y en términos de rendimiento está en un nivel similar a la GTX 1050.
