La primera versión de Windows llegó el 20 de noviembre de 1985, es decir, hace 35 años. En aquella época, los sistemas operativos con una interfaz visual eran todavía algo relativamente nuevo, es cierto que ya habían llegado anteriormente al mercado soluciones como el Xerox Alto, pero la popularización de este tipo de software se produjo realmente a través del sistema operativo de Microsoft.
Aunque la distribución de la primera versión de Windows fue muy limitada y no llegó de verdad al gran público, es evidente que marcó un punto de inflexión en el sector, y que sentó las bases de lo que acabaría siendo Windows 3, la primera versión de gran éxito del sistema operativo de Microsoft, aunque la consagración del gigante de Redmond no tendría lugar hasta 1995, fecha en la que, como sabrán muchos de nuestros lectores, se produjo la llegada de Windows 95.
Tuve la oportunidad de utilizar Windows 95, y la verdad es que mi experiencia fue bastante buena. Era un sistema operativo fácil de utilizar, intuitivo, con un buen rendimiento incluso en configuraciones modestas y estaba lleno de posibilidades. Posteriormente también utilicé Windows 98 y Windows XP, y continué confiando en el sistema operativo de Microsoft hasta el día de hoy, ya que ahora mismo utilizo Windows 10.
Haber pasado por tantas versiones de Windows me permite hacer una valoración global de cómo ha evolucionado con el paso de los años, y debo decir que, en general, Microsoft ha hecho un buen trabajo. Es evidente que no todos los saltos generaciones han sido perfectos, de hecho algunas versiones no me terminaron de gustar (Windows Vista, por ejemplo), pero las mejoras tanto a nivel de rendimiento como de funciones y de estabilidad que ha logrado el gigante de Redmond han sido muy marcadas, y han culminado en un Windows 10, sin ser perfecto, está muy por encima de todo lo que había lanzando la compañía anteriormente.
La primera versión de Windows ofrecía buena parte de las posibilidades que podemos encontrar en las versiones más modernas, aunque obviamente estaba un tanto limitada, ya que no podíamos llevar a cabo diferentes acciones que hoy son básicas, como mover las ventanas libremente, por ejemplo.
Dicho sistema operativo contaba con un toque de color muy marcado que no terminaba de quedar del todo bien, aunque por suerte podíamos modificarlo sin esfuerzo. Su interfaz tenía puntos en común con las versiones más modernas, pero incluso el cierre de las ventanas se realizaba de una manera distinta, y contaba con las herramientas Paint, Bloc de Notas y Calculadora. Todo un veterano que marcó el punto de inicio de Microsoft, y de la informática moderna.
