La presentación del SoC Apple M1 fue toda una sorpresa. Sabíamos que la compañía de la manzana estaba trabajando para lanzar su propio chip, y que quería seguir su camino sin Intel, pero no esperábamos que fuese capaz de dar forma a una solución tan competitiva en términos de rendimiento, consumo y costes.
El SoC Apple M1 está configurado con un procesador de ocho núcleos, basados en la arquitectura ARM y divididos en dos grupos, uno de alto rendimiento y otro de alta eficiencia. Como ocurre con los SoCs serie A, Apple introduce capas de personalización a nivel de CPU para mejorar el rendimiento, y la GPU que ha montado es un diseño propio capaz de ofrecer una potencia máxima de 2,6 TFLOPs.
Su rendimiento es muy bueno, pero lo mejor es que a Apple le resulta bastante barato de producir, y que tiene, además, un consumo muy bajo. En la tabla adjunta, podemos ver una comparativa de consumo entre el SoC Apple M1, utilizado en el Mac mini 2020, y otras configuraciones anteriores basadas en procesadores Intel.
En el primer recuadro aparece representado el consumo en modo reposo, en el segundo el consumo en carga, en el tercero el calor residual en reposo, y en el último el calor residual en carga. Como podemos ver, las diferencias son enormes, y se inclinan siempre a favor del Apple M1.
Por ejemplo, si lo comparamos con el Core i7 que montaba el Mac mini de 2018, nos daremos cuenta de que el Apple M1 consume menos de la mitad en reposo, y tres veces menos a plena carga. También genera mucho menos calor, lo que al final acaba redundando en un funcionamiento más fresco y silencioso, y en un ahorro energético.
Si miramos todo el histórico de configuraciones del Mac mini, nos daremos cuenta de que ninguna ha sido tan eficiente ni tan fresca como la que vino equipada con el SoC Apple M1. Para empresas que utilicen varios Mac mini de forma simultánea, el salto al modelo 2020 puede suponer un ahorro importante en la factura de la luz.
