El proceso de digitalización no requiere el mismo esfuerzo para todas las empresas. Una startup, por ejemplo, se crea partiendo de una base tecnológica. Desde el mismo momento en el que se plantea como idea de negocio ya puede aprovechar las ventajas de la digitalización.
Sin embargo, la mayoría de pymes con una trayectoria en sus respectivos sectores, han crecido gracias a las decisiones comerciales y financieras realizadas, desde un origen en el que la tecnología apenas tenía presencia. Obviamente no son empresas digitales, sin embargo, la digitalización es vital para garantizar su competitividad a largo plazo.
¿Cómo realizar esta digitalización en pymes más tradicionales? Hay algunos factores clave para conseguir afrontar este proceso con éxito.
Transformación digital de la cultura de la empresa
La digitalización requiere un cambio cultural a nivel empresarial, algo que en algunas pymes tradicionales es realmente complicado conseguir.
Sobre todo, en empresas que llevan años en su sector, es complejo modificar los hábitos adquiridos y volcarse en nuevas metodologías donde la tecnología cobra protagonismo. Es difícil, pero necesario.
Una buena estrategia de digitalización en estos casos consiste en establecer pequeños objetivos, fáciles de alcanzar. Pese a que pueden parecer no muy decisivos, en realidad son estos sutiles cambios en la dinámica de trabajo los que pueden conseguir una mayor transformación digital.
Es constatable que aquellos profesionales con mayor reticencia a la digitalización valoran más los objetivos que se alcanzan rápidamente. Les demuestra que no se necesita una gran inversión y muchos años de dedicación. Esto les animará a dedicar más recursos a la transformación digital, para conseguir cada vez mejores resultados.
Invertir en la digitalización que se necesita
Muchas pymes reconocen la importancia que tiene la digitalización, pero no cuentan con recursos en la empresa para afrontarla por su cuenta y temen invertir de forma errónea, sin conseguir resultados.
Es cierto que la digitalización empresarial abarca tantas áreas, que resulta difícil saber dónde invertir en cada momento o incluso las opciones que hay disponibles.
Pequeñas y medianas empresas reconocen ya fácilmente los beneficios del posicionamiento SEO, pero desconocen las estrategias SEM; saben que deben comunicar sus novedades a los clientes, pero no saben cómo desarrollar una estrategia de e-mail marketing, etc.
Buscar objetivos pequeños a corto plazo, como hemos indicado, puede ser una buena estrategia para ir comenzando la digitalización de la empresa. Pero para actuar con mayor solidez en esta transformación, lo ideal es trabajar con herramientas digitales que nos puedan ofrecer el mejor servicio posible.
Este es uno de los motivos por el que los ERP han cobrado especial importancia en los últimos años, ya que ayudan en la planificación de los recursos de la empresa, permiten aumentar los procesos digitales en el negocio e incluso automatizar muchas acciones. Todo ello integrando en un mismo espacio de trabajo departamentos tan diversos como finanzas, logística o incluso recursos humanos.
Cómo identificar los beneficios de la digitalización
La digitalización de la pyme le otorga las propiedades y recursos que necesita para aumentar su competitividad o, como mínimo, igualarla a las compañías que abordaron antes este proceso.
Sin embargo, los resultados no son siempre inmediatos, por lo que es importante identificar los beneficios que la digitalización nos va ofreciendo progresivamente. Para ello tenemos que realizar un análisis del ROI o Retorno de la Inversión.
Si queremos conseguir el mayor ROI posible a corto plazo, debemos invertir en una transformación digital que afecte a aquellos departamentos donde podamos ver cambios positivos más rápido.
Conforme un departamento demuestra los beneficios que obtiene de la digitalización, el proceso se acelerará. Invertiremos en nuevas áreas de la empresa para progresivamente impulsar la transformación digital y, de forma paralela, mejorar constantemente nuestro ROI.
En el momento en que estas decisiones de la estrategia de transformación digital tienen un claro efecto positivo sobre el balance económico de la empresa, el proceso cobra todavía mayor velocidad.
Con una cultura empresarial adaptada a las ventajas de la digitalización, estrategias de transformación ya aplicadas y con resultados visibles, la inversión de la empresa puede dirigirse a una doble estrategia.
Por un lado, seguir invirtiendo en digitalización en aquellos departamentos o áreas donde todavía hay margen de mejora.
Por otro lado, adaptarse a las necesidades que van surgiendo de esta transformación digital y mejorar continuamente los resultados que consigamos.
Si queremos acelerar aún más este proceso, podemos contar con profesionales con experiencia y con herramientas digitales que nos permitan trazar estrategias de forma más sencilla y rápida.
Con todos estos recursos, la transformación digital de nuestra compañía estará en marcha y pronto alcanzará nuevos objetivos, con los que mejorar en competitividad y rentabilidad.
