Como recuerdo, como justificación del elevado importe que han abonado por su estancia o simplemente como gesta aventurera, resulta curioso el ingenio y la audacia de los huéspedes de los hoteles para llevarse productos de sus habitaciones durante sus estancias.
En la última encuesta online formulada por Passport-Photo.online a 1.051 personas mediante una eficiente herramienta de sondeo creada en enero de 2023, se concluye que el 87% de los usuarios reconoce haber robado algo en un hotel, al menos, una vez en su vida.
Los amenities y las toallas son los objetos más codiciados, algo que impulsa a las cadenas hoteleras a tener un presupuesto anual cerrado para reponer este tipo de productos. No obstante, el ingenio cada vez se va desarrollando más y otros objetos como las ropas de cama, los albornoces, las zapatillas, las bombillas LED, los mandos a distancia y hasta las televisiones se van sumando a la lista.
El 26% de los encuestados asegura cometer pequeños hurtos en hoteles durante sus estancias, justificándolos en el 30% de los casos por el importe que han abonado y el 29% por cuestiones meramente sentimentales. La gente suele llevarse artículos desechables como jabón, enjuague buscal o pasta de dientes, ya que las toallas, secadores de pelo o minialmohadas son más difíciles de camuflar y de que pasen desapercibidas al no ser de un solo uso y no ser reemplazables.
La mayoría de las personas considera normal robar accesorios de baño (en el 32% de los casos), artículos de aseo (27%) y productos del minibar (26%). No obstante, las toallas y las jaboneras son los productos más deseados por los huéspedes con un 35%, seguido de las cajas de pañuelos con un 34%.
Todo esto sucede a pesar de que los establecimientos suelen cobrar, en el 35% de los casos, cuando detectan que alguien ha robado algo de la habitación.
Los más expertos en los hurtos en hoteles
Resulta curioso, pero si analizamos por rangos de edad, la generación más joven de 25 años o menos asegura que solo en el 80% de los casos ha robado algo de una habitación de hotel. Quienes suben la media son las personas mayores de 55 años, pues el 90% asegura que lo hace de un modo más común.
Si hacemos una distinción por sexos, los hombres suelen robar más que las mujeres, tal y como demuestra el 89% frente al 84% que denota la encuesta. Una de las bases de esta diferenciación por sexos es que los hombres suelen realizar más hospedajes en hoteles que las mujeres.
Los motivos por los que se cometen los robos
Además de ‘porque me lo merezco’ debido al importe de la habitación o por cuestiones sentimentales, los huéspedes aseguran en el 29% de los casos que pueden hacerlo porque el hotel se lo puede permitir. El 26% de los encuestados alude a cuestiones de picardía o subidón de adrenalina, el 25% como forma de quejarse por un mal servicio y el 24% porque considera que tiene algo de cleptómano en su personalidad. No obstante, quienes se alojan en hoteles de tres, cuatro o cinco estrellas lo hacen fundamentalmente por cuestiones sentimentales o por la tarifa pagada.
¿Con qué frecuencia se cometen los robos?
El 26% de los encuestados asegura tomar ‘cosas prestadas’ de los hoteles siempre, mientras que el 39% asegura que a veces. Solo el 6% confirma que nunca ha robado en un hotel, por lo que ni las consecuencias ni la conciencia son elementos disuasorios lo suficientemente fuertes. Si lo examinamos por rangos de edad, los mayores de 55 años afirman, en el 34% de los encuestados, que siempre se llevan algo mientras que nadie marcó la casilla de ‘nunca’.
¿Por qué lo hacen?
El 90% de las personas encuestadas afirma que después presume de su gesta ante sus amigos. Y todo ello a pesar de que el 80% asegura que alguna vez lo han pillado. No obstante, ese porcentaje aumenta entre los más jóvenes, ya que conforme se va ganando edad la posibilidad de que les pillen es menor, reduciéndose de un 84% a un 80%. A partir de los 55 años, o el personal hotelero se fía más de ellos o tienen más audacia, pero el caso es que solo el 62% reconoce que le han detectado en alguno de sus hurtos. La experiencia es un grado.
El 25% de las personas que robaron tuvieron que abonar una multa, el 28% fue demandado y 31% fue incluido en una ‘lista negra’ del hotel. La principal consecuencia de robar en hoteles es que te cobren los productos que te llevas, tal y como demuestra el 35% que se extrae de la encuesta. Las demandas son las más comunes entre los mayores de 55 años y los vetos entre los menores de 25 años.
¿Se arrepienten?
Aún queda un halo de esperanza, pues el 84% de los encuestados asegura arrepentirse de haber cogido algo de un hotel. Para acabar con ello, en la encuesta se habla de la posibilidad de incluir notas en las habitaciones que frenen la iniciativa de los huéspedes, aunque su utilidad es cuestionable. La nota que creen los encuestados que más triunfaría, en el 26% de los casos, sería: “Está bien llevarse artículos de cortesía, pero por favor, no robe en nuestra propiedad, gracias”.
A pesar de todo, y por mucho que se dejen notas a los huéspedes, la gente suele mostrarse indiferente, además de generar un miedo entre los hoteles. Y es que el hecho de tomar medidas puede provocar que la gente no vuelva. Por consiguiente, la amabilidad y la comprensión pueden convertirse en la mejor arma para revertir la situación.
