Ayer tuvimos un encuentro digital con los líderes españoles de la multinacional VMware: su country manager, María José Talavera y su principal business solutions strategist, Moisés Navarro. Ambos directivos nos explicaron los resultados de un estudio que la compañía había realizado, a nivel EMEA, sobre la importancia de que los altos cargos de las empresas tuvieran un perfil más técnico.
Además de hablar de las conclusiones de dicho estudio, Talavera no pasó la oportunidad de expresar su preocupación por las pymes españolas y la situación que están viviendo. Según la directiva, es muy necesario que la administración elabore un plan sólido de transformación para el tejido empresarial español más débil, es decir, las pequeñas y medianas empresas. No obstante, más del 98% de las organizaciones de nuestro país corresponden a este grupo.
«Si el gobierno no pone un plan solido que permite agilizar la transformación de las pymes, España va a sufrir mucho. Todos conocemos a pequeños empresarios que se encuentran en una situación muy difícil y es sorprendente que en un país donde el tejido empresarial está basado en las pymes no encuentre apoyos por parte de las administraciones».
Colaboración público-privada
De una forma más concreta, María José Talavera indicó que es muy necesaria una mayor colaboración pública privada para ayudar a las pequeñas y medianas empresas. Teniendo en cuenta que estos negocios no suelen contar con un departamento de tecnología (como ocurre con las grandes) porque no hay recursos suficientes, podrían encontrar ese talento técnico en las universidades.
«Siempre se dice que la universidad tiene poco enganche con el mundo laboral«, indicó la directiva. «Una solución a esto es, por ejemplo, que las Comunidades Autónomas establezcan programas entre las universidades y las pymes, de manera que, como proyecto de fin de carrera en estudios multidisciplinares, pero sobre todo técnicos, consistiera en digitalizar una pyme real«.
Este trabajo sería obligatorio y se ayudaría a muchos negocios de toda España, incluido las zonas más rurales y con menos recursos industriales. También sería una manera de incentivar a los propios estudiantes, de manera que el esfuerzo que pusieran en su proyecto sería mucho mejor aprovechado y no consistiría en escribir un montón de folios o crear algo que luego no iba a servir para nada.
«Es necesario que las CC.AA. sean sensibles a esto y lo entiendan como una forma factible de ayudar a todo el mundo». «Nosotros podríamos participar, pero es una gestión gubernamental«, concluyó.