Ayer comentábamos la desastrosa decisión de Microsoft en sus planes para que las empresas actualicen a Windows 7. Según esos planes, aquellas empresas que usaran Windows XP lo tendrían complicado.
Sin embargo ahora se han rebajado las condiciones que había impuesto Microsoft, que ahora ha extendido el periodo de validez de Windows XP hasta abril de 2011. Por lo tanto, las empresas tendrán ahora hasta esa fecha para decidir si actualizar sus equipos a Windows 7.
Microsoft había propuesto un plan de actualización muy perjudicial para las empresas: este tipo de usuarios podrían comprar un PC con Windows 7 hasta el 23 de abril de 2010 y desactualizar a Windows XP esos equipos para luego pasar a Windows 7 como muy tarde en esa fecha -es decir, podrían comprarlos en octubre, cuando aparezca W7, pero mantener XP durante 6 meses-. A partir del 23 de abril de 2010, la única desactualización posible sería a Vista para luego volver a pasar a Windows 7 cuando lo considerasen oportuno.
La decisión fue duramente criticada por la industria, los medios y muchos analistas, que veían demasiado forzado el paso a esta nueva versión. Consultoras como Gartner o Forrester Research recomiendan a sus clientes empresariales dar el salto a un nuevo sistema operativo entre 12 y 18 meses después de que se ponga a la venta, de forma que puedan evaluar progresivamente su introducción en el parque informático, pero los términos de Microsoft hacían esto imposible.
Ahora en Redmond han dado marcha atrás y han extendido el periodo de validez de Windows XP un año más, de modo que esa desactualización desde Windows 7 a Windows XP podrá realizarse y mantenerse hasta abril de 2011 y no de 2010, tal y como habían indicado inicialmente. Una importante rectificación de Microsoft que seguramente dará muchas más facilidades para que las empresas pasen finalmente sus equipos a Windows 7.