Andrey Ternovskiy, fundador de ChatRoulette, uno de los programas de moda que consiste en chatear y ver la webcam de otros usuarios aleatoriamente, se niega a que dichos usuarios compartan sus direcciones de otros servicios como Facebook, Skype o Hotmail. Según el fundador, este hecho provoca que muchos abandonen su herramienta para introducirse en otras y continuar con la comunicación que se originó en su servicio.
Recientemente Ternovskiy señalaba en una entrevista para TechCrunch: «No me gusta conectar a terceros». Su obsesión es tal que, según parece, está implementando nuevos cambios en ChatRoulette, posiblemente, la inclusión de alguna prestación para impedir que los intercambios ocurran, como el bloqueo de datos personales.
Lo peor es que algunas compañías que están interesadas en la aplicación rusa no verán con buenos ojos esta implementación, como por ejemplo los capitalistas de Sillicon Valley, ya que de conseguir hacerse con el control económico de la herramienta ésto les evitaría hacer acuerdos bastante sustanciosos con este tipo de empresas de terceros.
