La crisis económica que está afectando a la mayoría de los países europeos, está provocando que los Gobierno propongan soluciones cada vez «más imaginativas». Si la propuesta española de reducir la velocidad nos ha dejado perplejos, en Reino Unido no se han quedado precisamente cortos.
Y es que al parecer Bob Crow, uno de los líderes sindicales más importantes del país anglosajón, ha anunciado su intención de plantear al parlamento británico la creación de un impuesto sobre el correo electrónico.
La idea del líder sindical que recogen hoy varios medios de comunicación ingleses es que si el Gobierno recibiese un penique por cada e-mail que se enviase en el Reino Unido, la deuda pública del país (que se estima supera el billón de euros) se reduciría de forma drástica en un tiempo récord. La propuesta de Crow ha sido recogida con entusiasmo en otras organizaciones sindicales como la Rail, Maritime and Transport Union.
Aunque no es probable que finalmente este teórico nuevo impuesto cuente con el beneplácito de la Cámara de los Comunes, no está de más comentar que no es la primera vez que un país se plantea introducir una medida recaudatoria similar.
Tal y como nos recuerdan en GigaOM, en el año 2004 Bill Gates propuso la creación de un sello virtual como arma para vencer el SPAM y el 2006 AOL y Yahoo propusieron una plataforma de pago que cobraría a los usuarios en función del número de e-mails enviados. Incluso hace un par de años Yahoo volvió otra vez sobre esta cuestión intentando convencer a sus usuarios de Mail para que hiciesen una pequeña donación para obras benéficas por cada correo electrónico que enviasen. No hay que decir que todas estas propuestas, así como las de Alemania o Canadá que estuvieron estudiando el tema durante meses, no salieron adelante.
Pero volviendo al espíritu original de la noticia…¿es posible ahorrar imponiendo un impuesto sobre el correo electrónico? Según Radicati, el Reino Unido cuenta con unos 50 millones de internautas, que envían aproximadamente el 2,5% del correo electrónico mundial. Esto se traduce en 735 millones de e-mails enviados cada día, que se lo multiplicamos por un penique cada uno descubrimos que el Gobierno sería capaz de recaudar 2.680 millones de euros al año. No está nada mal ¿verdad?
