Aunque cada vez hay más aplicaciones para Mac, sobre todo desde la llegada de la Mac App Store, es cierto que aún hay algunas disponibles para Windows que no se pueden instalar en el SO de Apple. Se trata de aplicaciones o programas muy necesarios para trabajar, sobre todo aquellas que tienen relación con el posicionamiento web, marketing de contenidos, desarrollo web, etc.
Si quieres seguir usando tu iMac, y no quieres disponer de un PC con Windows para hacer uso de estas aplicaciones, existen múltiples maneras. Desde instalar Windows mediante Boot Camp hasta virtualizar, o, incluso, alguna más peculiar como los escritorios remotos. Vamos a analizar cada una de ellas.
Máquinas virtuales
Las máquinas virtuales son una de las mejores maneras de ejecutar aplicaciones de Windows en nuestro Mac. Nos permiten instalar otros sistemas operativos y ejecutarlos en una ventana en el escritorio, como si fuera una aplicación más. Entre las aplicaciones de virtualización más conocidas se encuentran:
VMware Fusion 7 es la manera más fácil, rápida y fiable de ejecutar aplicaciones de Windows en un Mac sin reiniciar. Se recomienda para usuarios de Mac nuevos y existentes que desean continuar ejecutando las aplicaciones de Windows que les resultan imprescindibles.
En su última versión es compatible al cien por cien con Yosemite, permitiéndonos ejecutar cualquier aplicación Windows en nuestro Mac sin necesidad de instalar el sistema operativo de Microsoft. Como añadido, VMware Fusion 7 es capaz de virtualizar Windows 8.1 de manera casi nativa, es decir, que las aplicaciones virtualizadas son capaces de utilizar casi toda la potencia de la máquina en la que se está ejecutando. Y si tenemos un Mac con retina display lo veremos todo mucho mejor, ya que esta nueva versión optimiza Windows para las pantallas retina.
Junto al lanzamiento de VMware Fusion 7 también se lanzó la versión pro, que tiene las mismas características, pero añade una mejor optimización para las GPU, redes virtuales y compatibilidad con más máquinas virtuales a la vez. La versión completa de VMware Fusion 7 la podemos adquirir por unos 70 euros, si queremos la versión pro tendremos que ir hasta los 150 euros y si nos actualizamos desde la versión 5 o 6 tendremos que pagar 50 euros para la versión normal y 80 para la Pro.
Junto a OS X Yosemite llegó una nueva versión de Parallels, el conocido software de virtualización. Su rendimiento es mucho mejor. Las aplicaciones abren hasta un 60% más rápidas y en especial el paquete Office 2013 se ha visto beneficiado con un aumento en rendimiento del 50%. Además de todo eso, la optimización del consumo de batería mejora hasta un 30% respecto a la actual versión.
Está disponible tanto para los usuarios actuales de Parallels como para nuevos usuarios. EL precio de la actualización es de 40,99 dólares y la versión completa para nuevo usuario es de 79,99 dólares.
Este programa también nos permite instalar sistemas virtuales completos dentro de nuestro sistema operativo habitual, sin la necesidad de hacer particiones, es decir, un programa gracias al que podremos instalar cualquier sistema operativo en nuestro equipo.
Boot Camp
Boot Camp es un asistente virtual incluido en OS X que nos permite la instalación de otros sistemas operativos directamente en una partición del disco duro del Mac sin tener que usar programas de virtualización como los citados anteriormente y de manera muy sencilla.
De esta manera, sólo se podrá ejecutar un sistema operativo a la vez, por lo que, cada vez que queramos cambiar entres OS X y Windows deberemos reiniciar nuestro Mac. Ésta es la mejor opción si necesitas utilizar aplicaciones exigentes que expriman al máximo las capacidades de tu ordenador o si eres jugón y te apetece echar unas partidas a algún juego que no tenga versión para OS X, que, lamentablemente, son muchos.
La desventaja de esta opción, es que si necesitas utilizar algún programa de OS X a la vez que el de Windows no podrás hacerlo, a diferencia de las máquinas virtuales.
Wine
Wine es una capa de compatibilidad originaria de Linux, que permite a las aplicaciones de Windows ejecutarse en sistemas operativos basados en Unix como es el caso de OS X. Eso sí, no todas las aplicaciones de Windows podrán ejecutarse de este modo y además, muchas de las que se ejecuten tendrán errores.
Wine, como el equipo desarrollador indica, no es un emulador sino que consiste en una capa de compatibilización. Esto nos ahorra bastante esfuerzo a la hora de tener que saltar de un sistema operativo a otro con los inconvenientes que acarrea u obligar a nuestra máquina a que virtualice el sistema operativo, lo que supone una dura carga de trabajo. El único problema con Wine es que para los usuarios menos avanzados usar Wine o alguna de las aplicaciones relacionadas puede ser un tanto confuso. Nosotros vamos a hablar especialmente de WinneBottler, una app gratuita y muy sencilla para poder disfrutar de todo lo que nos ofrece Wine.
Lo que hace Wine, es que utiliza todos los archivos, fuentes librerías que necesita la aplicación objetivo en otro sistema operativo distinto a Windows. Para ello “empaqueta” las aplicaciones en una carpeta que elijamos, como un documento cualquiera más. Al contrario que las Apps de OS X, esta carpeta contiene unos archivos fácilmente accesibles y cuyo borrado o modificación pueden suponer que la aplicación deje de funcionar o que perdamos todos los datos.
Por ello mismo, WinneBottler viene con su propio gestor de apps para que podamos desinstalar sin miedo ni problema cualquier aplicación, dejándolo todo limpio y sin restos. Otro detalle importante que tenemos que tener en cuenta, es que no podemos esperar el mismo rendimiento en OS X que en windows. Es algo obvio, y la experiencia de usuario puede cambiar.
