Mastercard quiere que nos olvidemos de las molestas contraseñas a la hora de realizar nuestros pagos. En cambio, quiere que utilicemos un método mucho más natural: nuestra propia cara. El gigante de las tarjetas de crédito ha puesto en marcha un programa piloto en el que se sustituyen los cuatro dígitos que actualmente marcamos a la hora de pagar con nuestra tarjeta en una tienda, por un «selfie» que nos haremos a la hora de pagar.
La empresa abraza de esta forma los sistema de identificación biométricos con los que llevan tiempo trabajando las principales compañías tecnológicas del mundo. Ejemplos recientes los encontramos el los lectores de huellas dactilares que encontramos en el iPhone de Apple y otras marcas, o incluso la propia detección de rostro para desbloquear nuestro terminal que emplea Google desde Android 4.0. Y no son los únicos: empresas como Fujitsu utilizan el mapa único de las venas de nuestra mano para identicarnos ante cualquier terminal.
¿Cómo funciona el sistema de Mastercard? En primer lugar los usuarios que quieran utilizarlo deberán contar con una App diseñada con este propósito. Al utilizarla por primera vez, la app fotografiará nuestro rostro, transformará la imagen en «ceros y unos» y enviará dicha información a los servidores de la compañía, que asegura que nunca almacenará las fotografías originales.
A partir de aquí cada vez que queramos pagar algo en un comercio, deberemos abrir la aplicación y realizar una nueva fotografía que será comparada con nuestros datos biométricos originales. Si coinciden, los servidores de Mastercard autorizarán el pago y se lo comunicarán al retailer en cuestión. Además trabajar con nuestro reconocimiento facial, la App también permitira realizar dicha identificación biométrica utilizando nuestra huella digital. Entre los planes de futuro de la compañía también se encuentra empezar a trabajar con el reconocimiento vocal, toda vez que nuestra voz, al igual que nuestras huellas, es única.
Para los más temorosos sobre la seguridad de nuestros datos biométricos, la compañía ha asegurado que con los datos que recabe sobre nuestro rostro, será imposibe reconstruirlo de nuevo y volver a formar la imagen original. Además ha justificado la necesidad de guardar esos datos en los servidores de la compañía y no en el terminal del usuario, por la necesidad de una mayor potencia a la hora de comparar los archivos de datos.