La conversión de ventas, también conocida por CRO (Conversion Rate Optimization), es una disciplina clave en el mundo del comercio electrónico. Tal y como nos cuenta el experto de Arsys, Sergio Arias Sánchez, en su concepción más sencilla, el CRO nos informa del ratio de visitantes que entran en la web y llevan a cabo el objetivo con el que se ha construido.
Sin embargo, gracias a esta disciplina y a las herramientas que existen aparejadas a ella, podemos ir mucho más allá y descubrir qué funciona en un sitio web y potenciarlo. Y por supuesto, también al contrario, detectar lo que no está funcionando para estudiar cómo mejorarlo y comprobar si los cambios que hacemos tienen el éxito buscado.
Analizar el CRO nos servirá, estadísticamente y con garantías, para conocer cómo los usuarios perciben nuestra web y a aumentar el ratio de clientes que finalizan sus compras en nuestro sitio.
Mucho más que cambios visuales
El CRO implica el análisis de muchos factores, como la velocidad, la disposición de los elementos de nuestra web, el aspecto estético, el marketing de producto, etc. pero el fundamental es el diseño centrado en el usuario, algo muy ligado al concepto de usabilidad.
Mucha gente entiende por CRO hacer cambios a nivel visual, sin embargo, hay que entender qué hay detrás de esos cambios: arquitectura de información, diseño, interacción, funcionalidad y requerimientos. Cuando empezamos un proyecto de optimización tenemos que tener en cuenta todos esos factores, procurar mejorar los procesos y vigilar la respuesta que los usuarios ofrecen en el manejo de una web.
Gracias al CRO podemos obtener pautas con las que resolver una necesidad, desde los objetivos del sitio y los objetivos del usuario hasta el diseño final. No se trata de cambiar por cambiar, sino de realizar un estudio para descubrir qué puede estar fallando.
Observar, analizar y mejorar
Lo mejor que podemos hacer para comprobar si nuestra web ofrece facilidades a los visitantes es realizar un test de usuario. Algo tan sencillo como pedir a varias personas que naveguen por el sitio y que nos digan si han encontrado algún problema mientras realizan acciones clave puede suponer un gran cambio a la hora de enfocar o diseñar nuestra web.
A la hora de elegir herramientas para realizar estos test, existen dos tipos de soluciones: cualitativas y cuantitativas. Las cualitativas nos dicen porqué y las cuantitativas nos revelan cuántos hacen qué. Optimizely puede ser una buena opción en la parte cuantitativa. Por su parte, Surveymonkey nos permitirá crear encuestas online y compartirlas con nuestros usuarios para obtener feedback y saber a través de nuestros propios clientes qué cambios pueden ser necesarios.
En definitiva, el CRO es una manera de pensar y de sacarle el mejor partido a nuestra web tomando decisiones basadas en datos relevantes y siempre bajo la filosofía de optimizar el contenido de la web para que la experiencia del usuario sea lo más satisfactoria posible.
