Google Glass vuelve con más fuerza que nunca, lo cual en realidad no es mucho decir. La nueva versión de las gafas inteligentes de Google abandonan definitivamente el mercado de consumo y bajo la etiqueta «Enterprise Edition», recibió esta semana el visto bueno de la FCC por lo que podría tardar no demasiado tiempo en ser adoptadas por algunas empresas.
Las nuevas gafas son más ligeras, aumentan el tamaño del visor y cuentan con un procesador más potente (Intel Atom). Incluyen un pequeño conector magnético para facilitar y acelerar la carga de la batería y por primera vez, estamos ante unas gafas que se pueden plegar.
Es probable que Google como han hecho empresas como Epson o Canon quiera utilizar esta nueva versión de sus gafas específicamente en el mundo industrial: mostrando por ejemplo a un técnico cómo debe reparar un elemento determinado, ofreciendo información en tiempo real a un ingeniero, etc. o en campos como el médico, donde un cirujano puede por ejemplo obtener información en tiempo real durante una intervención complicada.
En todos estos campos los problemas de privacidad o falta de comodidad ante el uso del dispositivo desaparecen; las Google Glass se mueven en un campo acotado en el que se establece un «new normal» que regula su uso.
¿Qué queda para el mercado de consumo? En estos momento este tipo de dispositivos parecen destinados de forma exclusiva al mundo del entretenimiento: videojuegos, películas o experiencias de realidad virtual. Habrá que esperar todavía tiempo para que proyectos de realidad aumentada, como el que propone Magic Leap, vea la luz.
