Las 10 de la mañana es la hora fatídica para los trabajadores por cuenta propia según un estudio de la Federación Nacional de Asociaciones de Trabajadores Autónomos, que recogen como en torno a ese momento se produce el 14,5% de los accidentes que sufren los autónomos desempeñando su actividad. Según los datos de la ATA y del Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo en 2015 fueron más de 12.000 los autónomos que tuvieron algún tipo de percance y se produjeron 17 fallecimientos a causa de los mismo.
Tanto ATA como el Instituto Nacional explican que se aprecia un índice elevado de siniestralidad en este colectivo en comparación con los trabajadores por cuenta ajena. Los principales conflictos se suceden entre aquellos que trabajan en el ámbito de la agricultura, la ganadería, la caza y la construcción. Seguidamente están los que se dedican al comercio minorista y al transporte terrestre, la construcción y los servicios.
Otro dato a destacar es la edad. ¿Quiénes son los más proclives a protagonizar accidentes laborales? Mayoría de hombres, el 33% de entre 35 y 44 años. En el caso de las mujeres, hay más ‘tropiezos’ entre los 45 y los 54 años. Las lesiones que sufren con mayor frecuencia son músculo-esqueléticas y detrás de estas suele aparece el sobreesfuerzo, los golpes y caídas que se derivan de desarrollar un trabajo.
Esta información deberíamos tomarla como advertencia, para quienes trabajan por su cuenta tengan especial atención a las situaciones que termina por derivarles en un problema de salud. ATA aconseja que los autónomos tengan cubierto el riesgo por contingencias profesionales, que es voluntaria pero muy recomendable. A día de hoy solo la tienen contratada uno de cada cinco. La Federación explica que “cotizar por accidente de trabajo y enfermedad profesional debe ser la primera medida preventiva de los autónomos”.
