La franja de Gaza es probablemente uno de los territorios menos accesibles del planeta. Plegada sobre sí misma, entre el estado de Israel y el Mediterráneo, los habitantes de ciudades como Gaza, Rafah o Jan Yunis viven un bloqueo constante que impide prácticamente cualquier actividad económica. Pese a las circunstancias adversas, un grupo de emprendedores locales acaba de poner en marcha «Gaza Sky Geeks», la primera aceleradora de startups de los territorios ocupados.
Como cuentan en ZDNet, emprender en Gaza tiene muy poco que ver con hacerlo en cualquier otra parte del mundo. Con un suministro eléctrico que rara vez supera las cuatro horas diarias, el simple hecho de conectarse a Internet y poder completar una jornada de trabajo, es un pequeño milagro. Así que como casi todo en Gaza, para que las cosas funcionen, al principio tuvieron que echarle mucha imaginación: cuando se producían los cortes de suministro eléctrico, utilizaban baterías de todo tipo de vehículos para recargar los equipos. Una «solución» que sirvió temporalmente pero que pronto se demostró que no era ni viable a medio plazo, ni escalable.
Pero a pesar de las dificultades, en Gaza Sky Geeks han sabido sumar aliados a su causa. A través de su propia plataforma de crowdfunding han conseguido recaudar 95.000 euros con los que adquirir generadores eléctricos; 195.000 euros para poner en en marcha una academia desde la que enseñar a los jóvenes de la franja cómo programar y desarrollar aplicaciones; y están a punto de sumar los 25.000 euros que necesitan para poner en marcha un curso de emprendimiento dirigido a mujeres.
Puede que en Gaza Sky Geek no surja el próximo Snapchat, pero lo cierto es que han conseguido impulsar con éxito proyectos locales y regionales, por mucho que las restricciones que se ejerce en las fronteras del territorio les impida en muchos casos acceder a las mejores oportunidades.
En un territorio en el que el desempleo supera el 30% y la mayor parte de la inyección de capital proviene de ONGs extranjeras, GSG ofrece una vía de escape en la que decenas de jóvenes pueden aprender y desarrollar su potencial. Tal vez en un futuro, esos mismos jóvenes puedan poner en marcha proyectos emprendedores que mejoren la calidad de vida de su comunidad.
