El reciente ataque sufrido por Telefónica, un hostigamiento a través de la red que le ha llevado a apagar varios equipos de su red interna, sigue coleando. Y es que en ocasiones parece que es necesario mirarse al espejo para darse cuenta de los puntos débiles que tenemos en casa. ¿A qué nos referimos? A que comprobar que gigantes como esta empresa de telecomunicaciones demuestran cierta vulnerabilidad frente a los hackers, ¿qué puede pasarnos a los gestores de pymes y negocios más pequeños?
Un informe publicado por Grant Thornton destaca que en 2016 un 32% de las compañías de nuestro país fueron víctimas de ataques que le han podido suponer pérdidas de importancia. Europa es el continente con mayor porcentaje de sociedades que ha sufrido este tipo de casos, con un 32%, mientras que la media a nivel internacional es del 21%. “Es urgente que todas las empresas, no solo las más grandes, entiendan que la ciberseguridad es un asunto fundamental y que no es exclusivo del director de informática”, ha señalado Luis Pastor, director de tecnología e innovación de Grant Thornton. Pastor señala que esto debe convertirse en “prioridad estratégica” y se deben integrar las medidas de protección “en todas las áreas y niveles. Un primer paso para esta imprescindible toma de conciencia es entender el valor de los datos que se manejan”.
Los ciberataques persiguen mayoritariamente causar daños a sistemas informáticos e infraestructuras. En otros casos se busca dinero a través de la extorsión y están aquellas situaciones en las que se pretende robar fondos o información sensible. De una u otra manera, todo ello genera “un coste directo limitado que puede causar pérdidas mucho más graves derivadas del daño reputacional, el robo de información sensible y los estragos que causan en las infraestructuras”, apunta Luis Pastor.
Es momento de tomar cartas en el asunto y prevenir con medidas de seguridad adecuadas. Otra clave es mejorar la respuesta que se da en las ocasiones en las que se materialice uno de estos ataques.
