“Disfruta tus vacaciones”. Jaime abrió el correo electrónico y se encontró con este sugerente anuncio. Un préstamo para lo que quisiera, con respuesta en cinco minutos y entrega del dinero en un par de días. Lo mejor es que podía solicitar ¡desde 100 hasta 80.000 euros! Era tan seductor el correo que dedicó cinco minutos a valorar la idea de pedir crédito. No se facilitaba el tipo de interés y se aseguraba que no tenía que moverse de su entidad financiera para lograr el dinero. Encontró que la oferta procedía de una entidad unificadora de préstamos. Fue entonces cuando Jaime descartó la idea sin dudarlo.
Una verdadera locura, pero es que la economía española va como un auténtico Ferrari. Está creciendo a ritmos del 3,2%, según el prestigioso gabinete de análisis de Funcas, como ya se ha comentado en este diario digital. La confianza de los ciudadanos se encuentra en niveles de máximos históricos. Un informe de Caixabank Research vaticina un crecimiento del 16% en el número de turistas, con lo que podrían visitarnos hasta 84 millones de extranjeros, aunque las cifras oficiales son más moderadas, de 80 millones de turistas.
Después de diez años de travesía del desierto, España vuelve a sacar pecho. Y aunque siguen existiendo grandes capas de la población con evidentes problemas, estas van a ser las vacaciones de su vida para muchos que no han tenido más remedio que apretarse el cinturón durante años.
No hay que confiarse. La oferta de crédito fácil puede volver a situar a muchos en ese área de inestabilidad en el que muchas familias se desenvolvían antes de la crisis. El exceso de endeudamiento fue una de las principales claves de la recesión en España. La tarjeta con la que muchos ciudadanos vivían por encima de sus posibilidades, con la estrategia de dejarla “a cero” en cuanto cobraran una paga extra vuelve dibujar una sobra sobre muchos hogares españoles.
El crédito nuevo con tarjeta crece un 20%
Los datos del Banco de España certifican la buena evolución del crédito al consumo. Pero constituyen una prueba inequívoca que el país vuelve a caminar por la senda de la inestabilidad. España sigue siendo un país de extremos.
En los cuatro primeros meses de este año, el volumen de crédito nuevo concedido a través de las tarjetas de crédito se incrementó en casi 8.000 millones de euros. Se concedieron hasta 7.861 millones más, en concreto, lo que elevó el volumen de préstamos hasta los 47.920 millones de euros frente a los 40.059 millones del primer cuatrimestre de 2016.
El consumo a través de tarjetas de crédito se ha disparado nada más y nada menos que el 19,62% durante este año. Todo gracias a las facilidades de devolución bajo la modalidad de revolving, en que cada mes se abona un porcentaje del endeudamiento. Un crédito que se paga a tipos por encima del 20% y, en el mejor de los casos, ligeramente por debajo de esta cota.
El ambiente en que se han iniciado las vacaciones de verano de este año es de una euforia desbordada. El dinero se regala, la gasolina en los niveles más bajos de los últimos ocho meses… Se calcula que en estos meses se van a producir 43,5 millones de desplazamientos de ciudadanos españoles, además de los extranjeros que nos van a visitar.
Subida de hasta el 33% en hoteles y alojamientos
No hay más que echar un vistazo a los precios de los alojamientos para este verano para corroborar este ambiente de euforia, que arrojará a muchos en los brazos del endeudamiento bestial. Se registran alzas del 33% en el precio de la noche de hotel y del 16% en el caso de los apartamentos, según datos de Trivago.
Las sobras en el horizonte, como son la salvaje subida en alojamientos o la deuda disparada a través de tarjetas suponen buenas perspectivas para las pymes turísticas, que constituyen el modelo de empresa típico de este sector. Bares, hospedajes, tiendas de moda, comercios de todo tipo se encuentran ya “haciendo su agosto”.
El primer “agosto” auténtico de los últimos diez años.
