El proceso de saneamiento de la economía española tras la crisis económica sigue en marcha. A pesar de que una serie de indicadores muestran que España se está recuperando de la peor de las coyunturas en toda su historia, aún queda mucho por hacer. Este es el caso de la morosidad bancaria de empresas y familias, que se está reduciendo a ritmo de 2.000 millones al mes desde hace casi cuatro años, según datos del Banco de España.
El último dato de morosidad indica que en el mes de julio pasado, la morosidad lejos de reducirse se incrementó en 198 millones. Pero se trata de un movimiento coyuntural motivado por el incremento de los préstamos de los últimos meses, porque cuando mayor volumen de créditos, mayor número de clientes se declararán incapaces de hacer frente a sus deudas.
Durante los últimos doce meses, la morosidad de empresas y familias se ha reducido en 13.617 millones de euros. Pero desde que se produjo el máximo de impagos en 2013, con 116.514 millones de euros, se ha producido una reducción de morosidad de 88.887 millones de euros.
Desde entonces hasta ahora, en poco más de tres años y medio, el ritmo de descenso de la morosidad ha sido de 2.067 millones de euros. Se trata de un proceso en el que juegan varios factores. Por una parte, se amortizan las operaciones que han ido a los tribunales y estos han decidido adjudicar la vivienda a los bancos, mientras que el incremento del empleo motiva a una reducción de deudas por parte de esas familias.
La última crisis económica se ha caracterizado por un excesivo endeudamiento que ha obligado a las familias y empresas a reducir sus niveles de deuda. La morosidad tiene el inconveniente que ante la posibilidad de que se convierta en un impago, obliga a la entidad financiera a realizar unas dotaciones.
