No es la primera vez que lo decimos: Google no sabe qué hacer para encontrar un lugar propio en el mundo de la mensajería instantánea. Lo ha intentado con Talk, Hangouts, con Duo y con Allo. De momento nada ha funcionado. WhatsApp, iMessage, Facebook Messenger, Telegram o WeChat se han repartido el mercado y los chicos de Google se han quedado fuera.
Pero los chicos de Mountainview no quieren rendirse. Y por enésima vez replantean su estrategia.¿De qué forma? Anunciando que van a dejar de desarrollar Google Allo y que se van a esforzar al máximo en el desarrollo de RCS (Rich Communication Services), los conocidos como SMS 2.0.
RCS se presenta en este terreno como un protocolo estándar de comunicación, 100% compatible con el SMS tradicional pero que incorpora muchas de las funciones que encontramos en las soluciones de mensajería instantánea, como imágenes, audio, etc.
Para popularizar el servicio, Google ha firmado acuerdos con telcos (Deutsche Telekom, Globe, Orange o Vodafone en el caso de Europa) de modo que su solución sea la que sustituya al SMS en todos los dispositivos Android, de modo similar a lo que hace Apple con sus iMessages.
En su próxima implementación en Android, varias fuentes indican que la nueva aplicación se llamará sencillamente Google Chat. ¿Su principal problema? Que realmente no es una aplicación sobre la que Google vaya a tener demasiado control. Al fin y al cabo RCS es un protocolo que no deja de estar en manos de las operadoras.
Dicho de otra forma. Es cada operadora la que determina si cobra o no por estos mensajes, cuántos mensajes son gratuitos (y entran en determinadas tarifas o no) y cómo se facturan. ¿Su ventaja? No es necesario contar con una conexión a Internet para acceder a lo más básico de sus contenido. Cuando la haya, se enviarán mensajes completos (ricos en multimedia). Cuando no, se recibirán mensajes de texto.
No está nada claro que esta nueva apuesta vaya a acabar con el reinado de WhatsApp en países como España. Y en realidad, sólo si Facebook se siguiera tirando piedras sobre su propio tejado (como ha hecho con el escándalo de Cambridge Analytica) un número significativo de usuarios podría plantearse abandonar la plataforma. Pero en cualquier caso no parece que esto vaya a pasar ni a corto ni a medio plazo.
Sólo si Google ofrece un motivo realmente válido para que los usuarios cambien de plataforma, puede tener una pequeña posibilidad de éxito. ¿Es RCS ese motivo? En estos momento, no lo parece.