Pazo de Vilane sigue apostando por la calidad de sus productos naturales, por ofrecer unos excelentes huevos de gallina.
Piedad Varela Portas, directora de marketing y comunicación de Pazo de Vilane, rehabilitó la finca y el pazo familiar para enfocarse en el emprendimiento rural con un proyecto sostenible e innovador que produjera productos de calidad y de carácter artesanal.
Arrancaron con 50 gallinas y hoy cuentan con 100.000 que viven en libertad, lo que ha supuesto una producción de 1.800.000 docenas de huevos en 2017, traducida en 5 millones de euros de facturación.
Cifras que, para Piedad Varela Portas, se sustentan en un “know how de cuidado y manejo del animal criado en libertad, que permite obtener una calidad del producto altísima”.
Varela Portas añade en este sentido que se adelantaron a esta tendencia que ahora está tan extendida en el mercado. “Ahora es más sencillo emprender en el medio rural, aunque exista una competencia mayor”, destaca.
La capacidad de crecer, por sí mismos, se ha limitado porque los animales necesitan cuatro metros cuadrados por gallina para su desarrollo. “No queremos romper los estándares de calidad, en todos los sentidos. El mercado está tirando mucho y queremos ver hasta dónde podemos crecer de una forma sostenible”, mantiene Varela.
Un proyecto pionero que surgió de un objetivo familiar. “Recuperar nuestro pazo gallego, de finales del S.XVIII que se encontraba abandonado y no queríamos perder. Nos trasladamos de Madrid al norte y emprendimos, con muy poca financiación”, cuentan los responsables de la empresa, que destacan la innovación a la hora de distribuir sus huevos camperos.
“Nuestra caja es de cartón con una gallina punteada verde, que nos colocó en los lineales con una forma diferencial y nos permitió entrar en la gran distribución en toda España, así como en comercios de barrio, especialmente en Madrid y Galicia”, explica.
Sostenibilidad y cuidado animal, como elemento diferenciador
En la actualidad comercializan otros productos (como mermeladas con el máximo porcentaje de fruta del mercado) y dan trabajo a 35 personas en el pueblo donde desarrollan su actividad, Antas de Ulla (Lugo), de 1.500 habitantes.
“Tenemos casos de gente que ha podido regresar y ahora tienen un empleo de calidad, fijo, que les permite promocionarse, de hecho, con nuestro crecimiento estamos incorporando granjeros locales”, añade Varela.
Es la clave del éxito de Pazo de Vilane, que ha llevado al equipo fundador a poner en marcha la iniciativa “Emprender desde la Raíz”, un programa desde donde la empresa quiere apoyar a otras empresas emprendedoras, acompañándoles desde el desarrollo personal, más allá de la financiación o la tecnología.
“Nos centramos en la persona y los riesgos emocionales, lo que se mueve a nivel social y familiar, por medio de talleres”, concluyen.
Quizás también te pueda interesar: