Intel ha movido ficha. El gigante de Santa Clara ha confirmado sus planes para los próximos tres años y Sunny Cove es el pilar central sobre el que se apoyan, ya que es la nueva arquitectura que utilizará tanto en los futuros procesadores Core como en los procesadores Xeon de nueva generación.
Sunny Cove es una actualización importante de la arquitectura Nehalem que Intel había estado utilizando en los procesadores Core y Xeon durante los últimos años. Sobre dicha base el gigante del chip aplicaba mejoras y reducciones de proceso que permitían el salto de una generación a otra, aunque a partir de Skylake se produjo un estancamiento importante que solo ha sido superado a través del aumento del número de núcleos y de una mayor velocidad de trabajo.
Pues bien, Sunny Cove es una renovación completa a nivel de arquitectura que además marcará el salto al proceso de fabricación de 10 nm. Los primeros procesadores basados en esta arquitectura empezarán a llegar en 2019 y prometen:
- Mayor rendimiento tanto en aplicaciones monohilo como en multihilo.
- Una eficiencia mejorada, lo que significa mayor potencia con un menor consumo.
- Seguridad mejorada: vendrán con correcciones a nivel de hardware contra Spectre y Meltdown.
- Mayor rendimiento gráfico, gracias al uso de la nueva iGPU Gen11.
Es un salto importante para Intel, pero también algo beneficioso para los usuarios. Esta nueva generación de procesadores con GPU integrada de nueva generación abrirá las puertas a una etapa de mayor rendimiento, seguridad y eficiencia, y permitirá crear portátiles y equipos profesionales con unas prestaciones y una autonomía superior a la que ofrecen los modelos de la generación actual.
También significa que AMD tendrá una competencia importante y que se mantendrá activa la «guerra» en el sector de los procesadores, tanto profesionales como de consumo general, algo que al final nos beneficia a todos, ya que significa que habrá una mayor oferta y precios más interesantes.