El reconocimiento facial se ha convertido, para muchos, en el sucesor a medio plazo del lector de huellas dactilares, una previsión que podría empezar a cumplirse muy pronto, ya que según las últimas líneas de código identificadas en la versión preliminar de Android Q dicho sistema operativo apostará por el reconocimiento facial como sistema de autenticación biométrica para realizar determinadas tareas básicas.
La autenticación biométrica se ha venido utilizando de forma generalizada como medio para desbloquear el dispositivo. Pues bien, bajo esta nueva compilación en Android Q se empleará además como sistema de identificación para poder acceder a aplicaciones y también como medio para autorizar compras. Es una idea muy buena, ya que añade una capa de seguridad que beneficia tanto a usuarios particulares como a profesionales, aunque obvia decir que éstos últimos podrían sacarle un mayor partido.
Sin embargo hay un problema. Actualmente los sistemas de reconocimiento facial que se utilizan en la mayoría de los smartphones Android no son tan seguros como el sistema Face ID que se utiliza en los iPhone de Apple. La razón no tiene nada que ver con el sistema operativo, sino con los sensores utilizados. En el caso del smartphone de Apple la cámara está apoyada por un sistema de proyección láser y otro de profundidad que lleva a cabo un reconocimiento en 3D del rostro del usuario, lo que significa que no podemos engañarlo con una foto o con un vídeo, cosa que sí ocurre en muchos de los sistemas de reconocimiento facial utilizados en Android.
Con todo, este problema podría resolverse asociando por ejemplo un sistema de identificación tradicional con el que complementar, o incluso sustituir totalmente al reconocimiento facial, como el clásico PIN, por poner un ejemplo sencillo y que todos conocemos.
Todavía no hay nada seguro al cien por cien, pero se comenta que esta información apunta a que los Google Pixel de nueva generación que llegarán este año estarán equipados con sistemas avanzados de reconocimiento facial. Tiene sentido, ya que permitiría a Google situarse al nivel de los iPhone de Apple.