Los hermanos leridanos Ofelia y Álex Marín, fundadores de la empresa hostelera Lamucca, han recibido por primera vez a un grupo de periodistas para contarnos lo que pasa de «puertas para adentro» de su negocio. En un momento muy delicado para el sector, los hermanos tienen ambiciosos proyectos de expansión dentro y fuera de Madrid, donde se ubican todos sus establecimientos.
En la actualidad, Lamucca cuenta con nueve locales en la capital, siete de ellos son «Lamucca» (Lamucca de Pez, de Prado, de Almagro, de Serrano, del Carmen y los dos “Organik Parriya: Lamucca de Fuencarral y de Andes) y el octavo es La Pescadería (en la calle de la Ballesta, 32, en Malasaña). El noveno es un club de socios para fiestas privadas, el Club Fishermans, ahora cerrado por las restricciones del número de personas permitidas en una reunión.
Lo que caracteriza a la marca es que sirven productos orgánicos, apuestan por el comercio de proximidad y cocinan con parrilla de carbón vegetal. «Evitaremos los conservantes, los aditivos, los azúcares refinados, los colorantes y cualquier sustancia química que altere la naturaleza del producto. Nuestra cocina va a estar abierta todo el día, porque esto es Lamucca y aquí no importa la hora ¡sino las ganas de comer! De lunes a domingo, 365 días al año», indican.
Con una plantilla actual de 300 empleados, estos emprendedores nos han contado de primera mano la «angustia» que sufrieron los primeros días de cuarentena, el año pasado. En aquel entonces tuvieron que cerrar sus siete restaurantes, «de un día para otro» lo que les provocó una caída del 50% de los ingresos anuales y mandar a toda la plantilla de ERTE.
“Pero también podemos hacer una lectura en positivo y es que ha impulsado un proceso de digitalización que estábamos estudiando a más largo plazo y que, a pesar de todo, hemos acometido de manera mucho más urgente”, explica Ofelia Marín, cofundadora de Lamucca.
La digitalización de Lamucca
Como la mayoría de la empresas, Lamucca ha comenzado un proceso de digitalización para poder acercarse al cliente en estos momentos, desarrollando servicios de delivery para servir comida a domicilio. Algo que no contemplaban antes de la pandemia. Según Álex, esto ha supuesto más un estrechamiento de la relación con el cliente más que un impulso a su negocio.
Además, y dentro de las herramientas tecnológicas que destacan estos empresarios está el CRM que les ha ayudado a tener un buen control de sus ingresos y gastos desde el nacimiento de la compañía. Esto ha provocado que, cuando llegó el estado de alarma, los gestores sabían exactamente el músculo financiero que tenían y pudieron administrarse bien y sobrevivir a la tormenta.
Los préstamos y los créditos ICO extraordinarios que el Gobierno aprobó para los empresarios hosteleros también les ha permitido seguir invirtiendo en su negocio y gestionar las finanzas de forma responsable. “En este momento estamos en pleno proceso de estandarización de procesos, centralizando e implementando herramientas de business intelligence para optimizar compras y gestión de producto. El objetivo de los próximos años es comenzar una etapa de expansión geográfica e internacionalización que ya está en marcha con la apertura de nuevos locales en Nueva York y Los Ángeles”, cuenta Álex. También se plantean una apertura en la zona de Retiro y el lanzamiento de un nuevo concepto de obrador dinámico en el que están inmersos ahora y que va a ser un gran hito en su trayectoria.
