El confinamiento obligatorio para reducir el número de contagios, provocó que muchos trabajadores trasladaran su puesto al hogar. Ahora conviven muchas fórmulas presenciales en la oficina, teletrabajo y mixtas, pero lo cierto es que muchos usuarios pasan la mayoría del tiempo en casa, y esto ha hecho que cambie notablemente la factura de la luz.
Según los datos de Lucera, la compañía eléctrica que apuesta por la eficiencia energética con energía 100% renovable nacional, el primer estado de alarma incrementó un 20,3% el consumo entre semana y un 13,1% el fin de semana (18,2% de media en total).
El estudio, realizado sobre más de 400.000 mediciones horarias de consumo de los clientes de la compañía, revela como ha sido la evolución del uso de la electricidad durante los distintos periodos de la pandemia. El primero de ellos se corresponde con el confinamiento duro desde la declaración del estado de alarma, que afectó a todo el territorio nacional el 14 de marzo de 2020, hasta finales de junio, fecha en la que se levantaron las restricciones de movilidad entre las comunidades autónomas.
En este espacio temporal se registraron incrementos de consumo de hasta el 57% durante la primera semana de estado de alarma y del 68% ese mismo fin de semana, ambos a la hora de comer. Los hábitos en el hogar se modificaron, y el teletrabajo provocó que muchas personas se levantasen más tarde haciendo que de 8 a 9 mañana fuera la única hora del día en la que se consumió menos que en ese mismo periodo de 2019.
Evolución en el tiempo
Con la llegada del verano y una reducción de las limitaciones esa diferencia de consumo con el año anterior se volvió menos notoria. Aun así, el trabajo en casa en las horas centrales del día, unido a un mayor uso de los aparatos de climatización, disparó el consumo en torno al 11% respecto a 2019. En la misma línea, la segunda ola de la pandemia, más suave que la primera, trajo consigo un mayor consumo que en el total de la jornada ascendía a un incremento del 6% desde mediados de septiembre a finales de noviembre.
Por último, la Navidad y posterior tercera ola, junto a condiciones meteorológicas adversas, volvieron a dar un empujón al teletrabajo o a las modalidades mixtas que combinan éste con la presencia en la oficina. En este periodo vacacional y los primeros meses del año 2021 el consumo eléctrico aumentó un 14% de media diaria con picos de hasta el 20%
Un año después, pese a que muchas empresas siguen apostando por la fórmula del teletrabajo, en los meses de marzo y abril se ha reducido el consumo un 16% en todo el día llegando a una disminución del 32% a la hora de la comida. Por el contrario, se ha incrementado el uso de energía a primera hora de la mañana en el tramo de 8 a 9. Estos datos demuestran una recuperación de la rutina previa a la pandemia de desayunar y ducharse antes de acudir al trabajo de manera presencial.
Como conclusión del análisis, se puede afirmar que, en la actualidad, se ha recuperado parte de la actividad normal con disminuciones del consumo del 23% en las horas laborables respecto a 2020, pero el teletrabajo se ha implantado en la sociedad con incrementos del 10% respecto a los años prepandemia.
El teletrabajo aporta una gran flexibilidad, lo que se traduce en la posibilidad de conseguir esa deseada conciliación entre la vida profesional y la familiar. Esta no es la única ventaja: el trabajo desde casa mejora la satisfacción y motivación de los empleados, lo que muchas veces se traduce en una mayor productividad y más rentabilidad para las empresas. Además, aporta autonomía y permite configurar plantillas con los mejores talentos, sin que el lugar de residencia o las dificultades de movilidad supongan un problema o limitació