La resolución 8K lleva un tiempo entre nosotros, y Samsung se ha convertido en uno de sus principales impulsores. Sin embargo, a pesar de todo lo que se ha hablado sobre ella durante los últimos años, esta todavía genera algunas dudas entre los usuarios.
Samsung es consciente de esto, y por ello, Bill Mandel, presidente de la Asociación 8K y vicepresidente de Samsung Research America, y Chris Chinnock, director ejecutivo de la Asociación 8K, han dado respuesta a las preguntas más comunes sobre 8K: su ecosistema, perspectivas del mercado, quiénes son los principales actores de la industria, los métodos de producción de contenido y qué pueden esperar los usuarios de esta tecnología en el futuro.
Entre las preguntas que podemos encontrar en el enlace que os hemos dejado en el párrafo superior, que os llevará directamente al listado original de preguntas y respuestas que ha compartido Samsung, podemos encontrar algunas tan interesantes como quién lidera la creación del ecosistema 8K, qué es y qué tipo de empresas se han unido a 8KA, cuántos dispositivos habilitados para resolución 8K hay actualmente en el mercado y si será posible jugar en 8K.
La resolución 8K está llamada a convertirse en el estándar que sucederá al 4K, y se divide, como aquel, en dos versiones: 8.192 x 4.320 píxeles (17:9) y 7.680 × 4.320 (16:9). En total, la resolución 8K en formato de 16:9 suma más de 33 millones de píxeles, una cifra que supera ampliamente a los 8,2 millones de píxeles que tenemos bajo resolución 4K. Esa enorme diferencia en el conteo de píxeles nos ayuda a entender por qué la resolución 8K ofrece una mayor nitidez y una calidad de imagen superior.
Sin embargo, al trabajar con tantos píxeles las exigencias a nivel de hardware también se disparan, tanto que, en muchos casos, el reescalado inteligente podrá ser la única opción realmente viable para trabajar con 8K, al menos hasta que se estandarice, y se democratice, el hardware con potencia suficiente para trabajar con dicha resolución de forma óptima sin que este represente una inversión prohibitiva.