El sector sanitario ha encontrado en la tecnología un aliado fundamental en todas y cada una de las partes y procesos. Desde las herramientas médicas hasta los negocios que mejoran el bienestar de los pacientes, la evolución de la tecnología y su adaptación al ámbito de la salud ha permitido avanzar de manera sustancial en la persecución de esa salud, entendida desde una perspectiva holística.
La salud es un aspecto que nos afecta a todos y que cuando falla, el resto de nuestro universo se tambalea. Por ello, el sector sanitario cada día acude más a la tecnología sanitaria para para curar, informar, entretener o respirar. Todas ellas fases esenciales en un proceso sanitario.
Un vertical con potencial
La tecnología sanitaria supone una oportunidad para cualquier vendedor. La Federación Española de Empresas de Tecnología Sanitaria (FENIN) establecía que en 2022 el sector ingresó un 7% hasta alcanzar los 10.150 millones de euros.
En este montante se encuentran desde los proyectos de digitalización de centros de salud u hospitales, la introducción de nuevas soluciones para quirófanos o laboratorios hasta la mejora de la atención o divulgación con herramientas de comunicación para los pacientes. Todo un universo encuadrado en territorio público y privado que necesita una tecnología sanitaria base para ofrecer el máximo rendimiento.
Por su parte, un informe de la Asociación Española de Bioempresas (Asebio) de 2022 aseguraba que la tecnología sanitaria era uno de los pocos segmentos que aumentaron su crecimiento en cuanto a producción. En concreto, las biotech lo hicieron en un 7,8%. Es un sector que durante y después de la pandemia siguió creciendo y captando financiación. Además, situaban a España en las primeas posiciones europeas respecto a centros neurálgicos sanitarios.
Los retos que abordar
Sin embargo, a la tecnología sanitaria le queda un gran recorrido por delante. Un camino donde profesionales sanitarios, pacientes y tecnología caminen juntos.
Entre las prioridades clave se encuentran la automatización de los flujos de trabajo, la mejora de la experiencia del cliente, una mayor protección de los datos privados de los pacientes y la optimización del trabajo de los profesionales de la salud. Estos desafíos no solo impactan en la eficiencia de los sistemas de atención médica, sino que también tienen un profundo efecto en la calidad de vida de las personas.
Como telón de fondo de todos estos retos, se encuentra el aumento de la demanda de servicios de salud. La conciencia creciente sobre la importancia de cuidar la salud y el bienestar físico y mental, además del envejecimiento de la población, ha llevado a una mayor búsqueda de atención médica. Esto pone presión adicional sobre los sistemas de salud, lo que requiere una respuesta eficiente y efectiva a través de la tecnología sanitaria y la innovación.
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