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Muchas veces se nos plantea la necesidad de renovar la imagen de nuestra empresa, haciéndola más atractiva para nuestros clientes y nuestros competidores. Aunque hay muchas estrategias que se pueden seguir, la base de todas ellas consiste en esforzarnos en mejorar nuestra visibilidad.
La imagen que la sociedad tiene de nuestra empresa, cuenta casi lo mismo que nuestros resultados. Una imagen positiva no solo afectará a un incremento de nuestras ventas sino que provocará que el nombre de nuestro negocio esté de boca en boca. Ser el mejor: ¿Somos los mejores de nuestro sector? ¿Nuestra empresa destaca por algo especial? Si la respuesta a alguna de estas preguntas es afirmativa, hay que demostrarlo. Dice el viejo refrán castellano que no solo basta con ser el mejor sino que también hay que demostrarlo. Para ello ¿qué mejor que obtener algún premio? Ojo, no vale con cualquier premio. Debemos presentarnos a aquéllos que sean realmente significativos, que impliquen un aumento del prestigio de nuestra empresa. Estar presentes: Las ferias y los congresos no solo representan una excelente oportunidad de negocio sino que, además, constituyen un escaparate perfecto para nuestra empresa. Debemos pasear nuestra Pyme de la misma forma que se pasean las modelos en las pasarelas de alta costura. Evidentemente, no podemos caer ni en el exceso ni la ostentación pero conviene que seamos uno de los actores que todo el mundo espera encontrar en los principales eventos de nuestro sector, creando de esta forma imagen de marca.
Asociarnos: Existen en España miles de asociaciones y si todavía vamos por libre, estamos perdiendo una oportunidad de darnos a conocer. Sin embargo, si de verdad queremos darnos a conocer, no solo basta con apuntarnos a una asociación sino que es aconsejable adoptar un papel activo, bien formando parte de comités, bien elebaorando propuestas o actividades novedosas que puedan redundar en beneficio de todos. Cuida tu imagen corporativa: La imagen corporativa se refiere a cómo se percibe una compañía. Es una imagen generalmente aceptada de lo que una compañía «significa». La creación de una imagen corporativa es un ejercicio en la dirección de la percepción. Por esto, es muy recomendable ser especialmente cuidadosos a la hora de presentar nuestra imagen corporativa. Hay que tener en cuenta hasta el más mínimo detalle y, si se puede, ser innovador. Trabajadores contentos: Puede que el último de estos consejos sea, precisamente, el más importante. El clima laboral que se respira en nuestra empresa afecta directamente a la imagen que la sociedad tiene de ella. Un trabajador contento, es una persona que hablará bien de nuestro negocio, uno descontento, aprovechará la mínima ocasión para desacreditarnos tenga o no tenga razón en sus planteamientos.
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