La morosidad de los créditos concedidos por bancos, cajas de ahorros y cooperativas de crédito a particulares y empresas subió en octubre hasta el 2,837%, la tasa más alta desde diciembre de 1997.
Este dato supone un incremento de 0,294 puntos respecto a la tasa de septiembre, que se situó en el 2,543%, y casi tres veces superior a la de octubre de 2007, cuando se colocó en el 0,822%. Además, este incremento de la morosidad supone la decimosexta subida consecutiva.
El saldo de créditos dudosos aumentó en 5.527 millones de euros respecto al mes de septiembre, al situarse en 51.158 millones de euros en octubre frente a los 45.631 millones que suponían el mes anterior. El volumen total de préstamos concedidos hasta septiembre alcanzó 1,8 billones de euros.
Las cajas contaban en octubre con el mayor saldo dudoso, que se situó en 29.270 millones de euros, con lo que era cuatro veces superior al registrado un año atrás, cuando se colocó en 7.053 millones de euros, y 3.231 millones más alto que el de septiembre. De esta forma, las cajas de ahorros situaron su tasa de mora en el 3,31%, cuatro veces por encima de la que marcaron en octubre de 2007, cuando alcanzó el 0,860% del crédito.
La morosidad de los bancos, por su parte, también se encuentra en máximos históricos y cerró octubre en el 2,351%, un nivel que no registraba desde noviembre de 1997, cuando suponía el 2,450% del total de los créditos. En concreto, los bancos tenían concedidos 810.373 millones en créditos a sus clientes hasta octubre, de los que 19.056 millones eran de carácter dudoso, cuatro veces más que en el mismo mes de 2007, cuando alcanzaban 5.466 millones de euros. Además, el saldo dudoso aumentó en 2.011 millones de euros respecto a septiembre.
El Banco de España advirtió recientemente de que la morosidad continuará creciendo e incidirá en la cuenta de resultados de bancos y cajas, obligándoles a realizar «mayores provisiones específicas» para cubrir los impagos, por lo que las entidades deberán mejorar su eficiencia de costes con medidas como el aprovechamiento de economías de escala derivadas de eventuales procesos de «consolidación bancaria».