Los consejos de administración de Caixa Catalunya, Caixa Tarragona y Caixa Manresa acordaron este martes dar luz verde por «unanimidad» a su proyecto de fusión y protagonizar así la segunda gran integración entre cajas catalanas.
Las tres cajas acordaron que la entidad resultante tendrá una nueva marca y el domicilio social se ubicará en la sede de Caixa Catalunya, en Barcelona, mientras que las sedes de Caixa Manresa y Caixa Tarragona se convertirán en sedes territoriales.
En un comunicado, las cajas aseguraron que han buscado garantizar la representatividad de las corporaciones y entidades fundadoras de las tres entidades (Catalunya y Tarragona son de fundación pública) en los nuevos órganos de gobierno.
Así, Caixa Tarragona y Caixa Manresa tendrán una representación proporcionalmente superior a los activos de las cajas. Esta representación equivale a un 60% de Caixa Catalunya, un 20% de Caixa Tarragona y un 20% de Caixa Manresa, porcentajes que difieren ligeramente según los órganos de gobierno.
El futuro consejo de administración estará formado por 21 miembros y el nuevo presidente se elegirá por dos tercios del consejo. Fuentes de las cajas aseguraron que todavía es pronto para hablar de nombres y cargos, si bien ya trascendió que el actual presidente de Caixa Catalunya, Narcís Serra, seguiría encabezando el proyecto. El consejo se completará con dos vicepresidencias, primera y segunda, y también habrá dos vicepresidencias tercera y cuarta que ocuparán, respectivamente, los impositores y las corporaciones locales.
Fuentes de estas entidades destacaron que con la futura integración el peso de las diputaciones se reduce y será inferior en su conjunto al 35%. En el comunicado, las tres cajas destacaron que el primer paso para crear esta nueva entidad será la creación de un grupo de trabajo conjunto para definir el proyecto. Sobre la mesa deberán definir cómo se estructura sobre el terreno la entidad, después que los sindicatos hayan reclamado transparencia por las consecuencias de la integración, sea cierre de oficinas por sus duplicidades y la pérdida de puestos de trabajo.