El e-commerce entre los países de la UE aún tiene que salvar diversos obstáculos para que pueda ser considerado como una herramienta eficaz. Así se desprende de un estudio europeo en el que se constatan las dificultades existentes para las compras on-line en terceros países.
En este sentido el informe de la Unión Europea pone de manifiesto, tras más de 11.000 intentos de comprar bienes on-line en diversos países, que resulta extremadamente complicado realizar compras fuera de las fronteras nacionales de cada estado miembro.
El experimento se realizó con un centenar de productos populares (sobre todo, cámaras, CDs, libros y ropa), y más del 60% de esas transacciones no se pudieron completar. El comercio electrónico, que mueve más de 100.000 millones de euros al año en la UE, sigue siendo casi imposible entre los diferentes países. Los principales motivos e impedimientos que ha encontrado la Comisión están que la tarjeta de crédito no se acepta, la empresa no envía sus mercancías más allá de sus fronteras o pide demasiada información local.
Los peores países para comprar en la web son Bélgica, Letonia, Rumanía y Bulgaria, según la comisaria de Consumo, Meglena Kuneva. Los mejores, en cambio, son Austria, España y Dinamarca. Aún así, en nuestro país fallaron el 46% de las transacciones. La media de la UE supera el 60% de fracasos. En Bélgica, llega al 70 mientras que en Rumanía se acerca al 80% de las compras electrónicas.